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Quieren que el parque lineal de la Illia incluya un museo como la High Line de Manhattan

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El gobierno porteño analiza que parque lineal que acompañará la nueva traza de la Autopista Illia incluya un museo, fiel al estilo de la mundialmente famosa High Line de Nueva York que busca emular el proyecto de Horacio Rodríguez Larreta.

el gobierno porteño ya puso en marcha la nueva traza de la Autopista Illia, que incluye aprovechar la vieja estructura que desemboca en la 9 de Julio y atraviesa el Barrio 31 para hacer un parque lineal en altura que copie a una de las mayores atracciones turísticas de esa ciudad estadounidense.

La conversión de la histórica villa de Retiro en el Barrio 31 es la gran obra de Larreta en la Ciudad, que quiere dejar como legado de su gestión y que piensa que puede catapultarlo para la reelección y acaso la Presidencia por el fuerte contenido de recuperación social, que marca un matiz importante con la línea dura del macrismo.

Todo el proyecto de la nueva Illia y la mutación en parque de la vieja tiene un costo inicial alrededor de $1700 millones y está a cargo del ministro de Desarrollo Urbano porteño, Franco Moccia, trabaja con el estudio urbanístico danés Ghel, a cargo de asesorar muchas de las iniciativas para cambiar el diseño de la Ciudad.

Se trata de una obra inmnesa, la superficie de intervención sobre la autopista es de 73.182 metros cuadrados y bajo la traza de 23.025 metros cuadrados, de los cuales un mínimo de 65% de la superficie deberán ser destinados a áreas verdes.

La Ciudad quiere hacer un museo en el nuevo parque lineal, al igual que en la High Line, que en su arranque en el Meatpacking District tiene al Whitney

La idea de Larreta es que -una vez terminada la nueva Illia- sobre la vieja traza se haga el parque lineal que será en altura a lo largo de 600 metros. En la Ciudad se entusiasman con este proyecto y recuerdan que la Villa 31 no tiene espacios verdes, por lo que esto impactará muy fuerte en esa geografía, «esponjando» espacios hoy abigarrados.

El gobierno porteño mira el ejemplo de la High Line, una vieja vía de tren que permaneció abandonada durante décadas, hasta que un grupo de arquitectos visionarios comenzó a instalar el proyecto y finalmente se armó el parque que la catapultó como una de las principales atracciones turísticas en Nueva York. Intervenciones, movidas artísticas y gastronómicas la convirtieron en una intervención urbana de vanguardia y alcance global. Una marca registrada.

Por eso, los funcionarios de la Ciudad decidieron además traer la idea de instalar un museo. Es que en el arranque de la High Line, en el Meatpacking District, hoy funciona el museo Whitney de arte contemporáneo norteamericano en lo que hasta hace unos años era un viejo frigorífico abandonado. Estaba como debajo de la vía del tren y ahora cuando se lo recorre y se asciende en sus niveles se desemboca en el parque.

Además, mientras la Ciudad trabaja con ese estudio, LPO supo en exclusiva que lanzaron un concurso de ideas para diseñar el parque y las soluciones de acceso, que tendrá una particularidad: se definirá en marzo y se elegirán dos finalistas, que quedarán sometidos a la votación de los vecinos porteños.

El concurso internacional de proyectos fue organizado por la Facultad de Arquitectura de la UBA con la participación de la Universidad de Harvard y arrojó 30 proyectos seleccionados. De estos el 26 de febrero se exhibirán los cinco semifinalistas y un día después se anunciarán los dos que serán semetidos a a votación de los vecinos en la primer semana de marzo.