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Almagro, el barrio con menos verde donde los vecinos luchan para sumar una plaza

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La semana pasada, en la apertura del año legislativo, el jefe de Gobierno alentó a los porteños a participar y motorizar cambios: «El poder es de los vecinos. Creemos que lo mejor que puede pasarle a toda gran ciudad es que los vecinos sean los protagonistas de las transformaciones», dijo Horacio Rodríguez Larreta. Una declamación que le viene como anillo al dedo a un grupo de vecinos de Almagro, que el lunes presentó un proyecto para transformar su barrio, sumándole una plaza. Y lo hizo en el mismo sitio desde donde Larreta los alentó a participar, el recinto de la Legislatura.

Viven en el barrio con menos verde de la Ciudad. La única plaza con la que cuentan es la Almagro, que ocupa una manzana entre las calles Perón, Sarmiento, Salguero y Bulnes. Y que está explotada al máximo de sus posibilidades: tiene patio de juegos, calesita, cancha de fútbol, canil, posta aeróbica, senderos, bancos y, claro, también algo de verde. Pero es insuficiente para casi 130 mil vecinos. De hecho, según los datos oficiales, la Comuna 5 (que integran Almagro y Boedo) tiene 0,02 metros cuadrados de verde por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15 m2.

Almagro, el barrio con menos verde donde los vecinos luchan para sumar una plaza

Plaza Almagro es el único espacio verde del barrio y no alcanza para 130.000 vecinos. Foto: Luciano Thieberger.

Para no quedarse sólo en la queja, los vecinos desarrollaron un proyecto de ley con el que pretenden convertir un terreno baldío en un nuevo espacio verde. Se trata de un predio ubicado en Rocamora y Pringles, rodeado de escuelas y edificios. Es privado, le pertenece al Automóvil Club Argentino (ACA), pero se encuentra en desuso y carga con una historia trágica. Allí funcionaban una playa de inspección y oficinas del ACA. Hasta que, en febrero de 2001, mientras hacían una obra de refacción, cedieron una columna y una losa y murieron tres personas. Ya no queda nada de aquella estructura y, desde entonces, el terreno está abandonado.

Ante la movilización vecinal, el ACA colocó cartelería en el perímetro del baldío, iluminó el contorno y ahora anuncia la construcción de oficinas.

«Es un terreno que genera mucha conflictividad. Nadie limpia sus veredas y muchos vecinos las usan como baño de sus mascotas. Durante mucho tiempo, ahí vivió un persona en situación de calle y eso también generó problemas, más allá de la inseguridad que siempre hay en torno a predios abandonados. Creemos que esta es una buena oportunidad para que se transforme en una plaza y tenemos la certeza de que lograrlo es un interés general en el barrio», asegura la vecina Myriam Godoy.

La idea escaló hasta el tercer puesto en BA Elige, un concurso que organizó el Gobierno porteño que le permitió a los porteños postular un proyecto para que se convierta en una obra concreta. Cuando los funcionarios a cargo del certamen -Participación Ciudadana- detectaron que la parcela era privada, dieron de baja el proyecto, aún después de haberle anunciado a sus impulsores que habían ganado. Esa actuación, muy desprolija, fue la que terminó motorizando a la gente de Almagro, que decidió no bajar los brazos y ahora va por la ley, ejerciendo su derecho de presentar un proyecto en la Legislatura.

Los vecinos necesitan que su iniciativa avance en las diferentes comisiones -entre ellas las de Espacio Público y Presupuesto- y sea aprobada por los legisladores. El texto sugiere que el terreno del ACA sea declarado de utilidad pública y sujeto a expropiación, y que luego sea afectado a «Distrito de Zonificación UP, Urbanización Parque». Como es usual en estos casos, el precio se determinará de acuerdo con la tasación del Banco Ciudad.

Otra opción viable es que el ACA sea compensado con un terreno similar, en otro sitio de la Ciudad. Ocurrió recientemente con el club Tiro Federal, cuyos socios aceptaron mudarse a un predio en desuso que cedió el Gobierno porteño.