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Aumentó la pobreza en la Ciudad: “Hay más familias que no llegan a fin de mes”

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De acuerdo al último informe de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, tanto la pobreza como la indigencia subieron en el distrito capitalino. Mientras que en el segundo semestre de 2015 se ubicaban en 15,1 y 3,7% respectivamente, los últimos resultados reflejaron una pobreza de 17,3% y una indigencia del 4,3% en el segundo semestre del año pasado.

El Vicepresidente II de la Legislatura porteña, Mariano Recalde expresó que «todos los días vemos más gente durmiendo en la calle, más vecinos sin trabajo, más comercios que cierran, más familias que no llegan a fin de mes». Además, agregó: «Horacio Rodríguez Larreta acompaña y profundiza el ajuste de Mauricio Macri”.

El dato fue expuesto por el economista de Radar Consultora Martín Alfie, quien remarcó que estos datos fueron provistos por el instituto de Estadísticas oficial de la Ciudad, que mide en base a una encuesta e índice de precios propios, que no se discontinuó.

De esta forma, mientras que a nivel nacional el presidente Mauricio Macri dio a conocer recientemente los datos del Indec y reflejó una baja de la pobreza al 25,7% de la población durante el segundo semestre de 2017, casi cinco puntos en un año, en la Ciudad los datos propios van en subida tanto para la pobreza como para la indigencia. Cabe aclarar que una y otra medición –la del Indec a nivel nacional y la de Estadísticas porteña- no son cotejables por responder a metodologías diferentes.

A nivel local, en enero de este año una familia tipo en la Ciudad de Buenos Aires necesitó $8.326,66 para no caer en la indigencia y $17.097,91 para no estar por debajo de la línea de pobreza.  El conjunto de bienes y servicios utilizado para establecer la línea de pobreza marcó un aumento del 1,48 por ciento frente al mes anterior y un 23 por ciento respecto a enero de 2017. Al tiempo que el nivel mínimo de ingresos para evitar caer en la indigencia es 21 por ciento más alto respecto de enero del año pasado.

En 2017, las diferencias entre los ingresos reales de los hogares porteños más pobres y los más ricos, así como la brecha entre el norte y del sur del distrito, se habían amplificado. En abril de ese año el poder adquisitivo de los salarios cayó en promedio 8,7 por ciento y el golpe fue más fuerte entre los hogares más vulnerables.