Un caño maestro se rompió y provocó una catarata de agua. La terrible presión produjo que el agua tomara una altura superior a uno de los semáforos de peatones apostados en la esquina y la imagen del derroche fue impactante.

El escape llegó a tal punto que el agua empezó a inundar uno de los balcones del primer piso del edificio ubicado en esa esquina. Mientras tanto, también se estima que el agua penetró dentro de una peluquería ubicada en la planta baja de ese mismo edificio.

Los operarios de AYSA acudieron al lugar cerca de las seis de la mañana y pudieron controlar el escape recién pasadas de las siete. Los especialistas cerraron la válvula y lograron frenar la salida del agua.

«Anoche hubo un corte del suministro del agua en la zona. Aparentemente ayer la cerraron y la bocha quedó trabada. Eso es lo que nos dice el operario de Aysa que se acercó», afirmó el portero del edificio más cercano al escape.

«Tenemos agua en el sótano. Tenemos cuatro locales en la planta baja y también se inundaron todos. El dueño de uno de los locales es que tuvo más problemas con esto y ahora está enfurecido. Por el momento, el único suministro de agua que tenemos es el del tanque», añadió.

En teoría, durante el miércoles se habían hecho reclamos de los vecinos por la baja presión del agua. Una vez restituida la presión deseada, una de las válvulas de la zona cedió y provocó el escape gigante.