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Vecinos de Boedo quieren un monumento a Osvaldo Soriano

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Vecinos respaldaron la ley que postula recordar a Osvaldo Soriano en el barrio de Boedo dada su condición de fervoroso simpatizante del Club Atlético San Lorenzo de Almagro y en sus intervenciones también coincidieron en que se cambie denominar “Osvaldo Soriano” al espacio verde central ubicado en la Avenida Francisco Fernández de la Cruz entre las calles Las Palmas y Tilcara por un monumento o estatua que exprese un reconocimiento mayor.

Durante la Audiencia Pública desarrollada esta tarde argumentaron que la Ciudad de Buenos Aires debe rendir homenaje al escritor Osvaldo Soriano erigiendo un monumento o estatua en Boedo en un lugar próximo al estadio del Club de sus públicos amores. El proyecto que derivó en la ley fue impulsado por los diputados Pablo Bergel (Verde al Sur) y Gustavo Vera (Bien Común) y proponía llamar Osvaldo Soriano a la actual calle Salcedo, desde la avenida Jujuy hasta José Mármol.

Cumplidos los 26 años, Soriano se trasladó de la ciudad bonaerense de Tandil a la Capital Federal en 1969 para integrarse a la redacción de la revista “Primera Plana” a partir de lo cual comenzaría su constante relación con el periodismo, colaborando además en las publicaciones “Panorama”, “Confirmado” y en los diarios “El Eco de Tandil”, “Noticias”, “El Cronista” y “La Opinión”.

También fue corresponsal de “Il Manifiesto italiano” y cofundador de “Página/12″, trabajando como asesor de directorio y columnista de contratapas. Publicó su primera novela titulada “Triste, solitario y final” en el año 1973 a la que le siguieron otras de reconocida calidad literaria, tales como “No habrá más penas ni olvido”, “Cuarteles de invierno” y “A sus plant as rendido un león” publicadas en veinte países y traducidas a los idiomas inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, noruego, holandés, griego, polaco, húngaro, checo, hebreo, danés y ruso. Murió el 29 de enero de 1997 en Buenos Aires y fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita.