La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires inauguró este lunes su nueva sede en Balvanera (Jean Jaurés y Perón, Comuna 3). Desde entonces al menos cuatro empleados fueron robados en las inmediaciones. El mismo lunes de la inauguración, dos empleados fueron asaltados. Eran un hombre una mujer. A ella la abordó un ladrón en bicicleta. El martes se produjeron otros dos robos. Un hombre en bicicleta, tal vez el mismo del hecho anterior, asaltó a la secretaria del auditor general Facundo Del Gaiso. Le arrebató el teléfono celular. Luego, un empleado de la mesa de entradas sufrió un robo a mano armada.
El lunes por la mañana se hizo el acto inaugural que estuvo encabezado por la presidenta de la Auditoría, Cecilia Segura y el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, Felipe Miguel. «La semana pasada, uno de los trabajadores me dijo que para él la mudanza era como un nuevo comienzo. Y eso me hizo ver lo importante pensar esto como un momento de refundación de este organismo, sobre todo para los más jóvenes que están empezando a formarse en este oficio que es trabajar en las tareas de control de las políticas públicas», dijo Segura.
La auditora general, Raquel Herrero, por su parte, manifestó su emoción y agradeció «la colaboración del Poder Ejecutivo en la figura del Jefe de Gabinete Felipe Miguel, del Ministro de Desarrollo Urbano, Franco Mocchia, y del Ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, que pusieron sus equipos disposición para que hoy estemos aquí inaugurando este nuevo edificio, donde todos los trabajadores ganarán en calidad». «La inauguración del edificio propio marca un hito en el proceso de consolidación institucional de la Auditoria, ya que el hecho de contar con una sede propia refleja la jerarquía que la Constitución de la Ciudad le asigna como uno de los pilares del sistema democrático, además de brindarle a los trabajadores del control externo un espacio donde puedan generarse las mejores condiciones laborales posibles destacó, a su turno, la auditora general Mariela Coletta.
«Cumplir una promesa es generar el respeto de los otros. Hemos cumplido con nuestro compromiso», agregó el auditor general, Jorge Garayalde. Hugo Vasques, otro de los integrantes del Colegio de Auditores también dejó sus puntos de vista: «La nuevas instalaciones representan un salto de calidad en la infraestructura de la AGCBA, que permite mejorar las condiciones de trabajo del personal. Es un orgullo para mí ser parte del Colegio de Auditores que, integrado por distintas fuerzas políticas, trabaja con un mismo objetivo jerarquizar los procesos de control en la Ciudad» Es una alegría y un enorme orgullo que podamos tener la casa propia, un lugar tan importante para el control de las políticas públicas de la ciudad como es Auditoría. Un edificio muy grande, muy cómodo y mejor preparado tecnológicamente para poder realizar nuestro trabajo», dijo en el cierre el también auditor general Facundo Del Gaiso.
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