Comuna 3

Asentamiento en la Plaza Congreso

Comuna 3

La plaza del Congreso se convirtió en refugio de varias personas que decidieron quedarse a vivir ahí en improvisados asentamientos.

El gobierno de la ciudad trabaja en la zona en dos obras diferentes; sin embargo, los comerciantes y vecinos se quejan del estado de abandono de la plaza, la falta de seguridad, la basura tirada, y temen que se siga sumando gente a vivir en ese espacio.

Los vecinos reclaman que el peor problema vinculado con la acumulación de basura sucede después de las manifestaciones sociales o políticas. Para ello, y contra los actos de vandalismo también, el ministerio destina una cuadrilla de limpieza de cinco personas, que hacen refuerzos posteriores a las manifestaciones.

«Hace mucho que se está haciendo un trabajo casi artesanal con las personas en situación de calle instaladas en la plaza», dicen en el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. El trabajo se realiza a través del programa Buenos Aires Presente, que se ocupa de las personas en situación de vulnerabilidad que viven en la calle. Sin embargo, es un proceso lento y los vecinos no ven resultados. «Desde el año pasado el asentamiento viene creciendo y sigue y sigue», dice sin resignarse un comerciante que prefiere el anonimato.

Daniel Ortiz es colombiano, tiene 28 años y hace tres meses que vive ahí en la plaza. Dice que vino a la Argentina porque es el país más desarrollado de América del Sur; quería estudiar gastronomía. Pero llegó sin documentos, y «acá sin documentos no sos nadie», argumenta.

«La mayoría de las personas que viven acá son personas solas», cuenta Daniel, vendedor informal de ropa en la zona de Once. Sólo hay una mujer que vive con su hija en un extremo del asentamiento. En frente, con un amplio espacio verde de por medio, se observan dos triciclos, una bañera de plástico y varios juguetes, que hacen pensar que las familias se agruparon de ese lado de la plaza, en otro asentamiento.

Daniel está sentado en un sillón, con pantalón y sin remera. Se escucha la música que sale desde su carpa. Llegan sus amigos. Son cuatro y están completamente vestidos, pero a medida que se instalan en el improvisado living se van sacando las remeras. Llegaron a la casa de su amigo, se pueden poner cómodos.

Fuente: Lucrecia Lacroze