Comuna 12

Coghlan: Apelan el fallo que frenó la obra de dos torres junto a una casona

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El fallo que frenó la construcción de torres en Coghlan fue apelado por la empresa constructora y ahora serán la Cámara y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad quienes tendrán que decidir sobre el futuro de la obra, que se detuvo el mes pasado. Se trata del emprendimiento que avanza en Roosvelt y Balbín, y consta de dos torres en el entorno del histórico palacio, que permanecerá en pie y fue propiedad de la familia dueña de la confitería Del Molino.

El juez Osvaldo Otheguy, titular del juzgado N° 8 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, hizo lugar al recurso de amparo presentado por el legislador porteño Gustavo Vera, titular de La Alameda, cercano al Papa Francisco y compañero de lista del ex secretario de Comercio del kirchnerismo Guillermo Moreno en las elecciones legislativas. El magistrado dictó una medida cautelar que ordenó parar los trabajos por entender que la Ciudad les permitió a los desarrolladores construir más metros cuadrados que el máximo autorizado en la zona por el Código de Planeamiento Urbano. Además, sostiene que por eso, la discusión debería haber pasado por la Legislatura.

“No se omitió nada en los trámites previos. Antes de comenzar con la obra se tomaron todos los recaudos y se obtuvo la aprobación de parte del Gobierno de la Ciudad”, aseguró Víctor Varone, que junto a Gabriel Iezzi y Ana Laura Palmucci son los abogados de Palacio Roccatagliata S.A., que tiene a su cargo la obra. Y en respuesta a la denuncia de que la obra excede los metros cuadrados permitidos en el Código de Planeamiento Urbano, respondió: “Lo que se hizo fue una compensación, y esto también fue aprobado dentro de las regulaciones. Se hizo así porque el Palacio, que se integra al entorno urbano, y además suma espacio público, formará parte del complejo junto con las dos torres de viviendas”.

La oposición a la obra, que tendrá 370 unidades en dos edificios, surgió desde el inicio del proyecto impulsada por vecinos, que manifestaron su temor por el futuro de la casona histórica. Un primer fallo que había frenado la construcción fue luego revocado por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad y la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario.

Pero por la nueva cautelar, desde el mes pasado la obra volvió a paralizarse. Allí trabajan más de 300 personas que ya levantaron 14 pisos. Según fuentes ligadas a la empresa y a los inversores, que la construcción esté detenida “representa un peligro”, ya que, según dicen, hay estructuras que deben concluirse y hasta temen que, al estar vacío, el lugar sea intrusado. Por otra parte, denunciaron que esta medida ocasiona perjuicios económicos, ya que “se detuvo el pago de las cuotas de parte de los compradores” y genera aumentos en los costos de alquileres de maquinarias y materiales. “Esto que está pasando es peligroso, ya que puede desalentar otros proyectos similares en la Ciudad. Quién se va a animar a invertir si tan fácil se puede parar una obra”, se preguntaron fuentes vinculadas por el proyecto.

Tanto la apelación que se realizó ante la Cámara, como la que se hizo ante el Tribunal Superior de Justicia, podrían resolverse en las próximas semanas.