Comuna 4

Colonia Sola en Barracas sufre el abandono

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El complejo habitacional Colonia Sola, tiene 128 años de vida, los edificios se caracterizan por su estilo inglés y es parte del patrimonio histórico porteño. Fue construido para los trabajadores ferroviarios en 1889, pero hoy el predio se encuentra en un estado de deterioro permanente.

Los habitantes le reclaman al Gobierno porteño que cumpla con una ley de rehabilitación edilicia especialmente redactada para el barrio hace 17 años, pero el Instituto de la Vivienda (IVC) dice que por la protección estructural que categoriza al complejo se obstaculiza cualquier intervención integral. Como solución, propone a los vecinos créditos para que se muden a otro lugar.

En Colonia Sola a simple vista hay dos grandes inmuebles; detrás de ellos, dos bloques más. Suman 71 los departamentos (de dos a cuatro ambientes) distribuidos entre esos edificios. En el patio interno hay espacios comunes delimitados por viejos rieles. Décadas atrás, esas áreas se utilizaban para colgar la ropa mojada o para plantar huertas.

En 1889, la empresa Ferrocarril del Sud ideó este complejo de poco más de 8000 m2 para que los trabajadores de la compañía vivieran allí o se alojaran transitoriamente mientras hacían alguna diligencia en la ciudad. Los baños estaban fuera de los departamentos, al final de la galería de uso común. El nombre Sola hace referencia a la estación ferroviaria homónima que funcionaba a espaldas del lugar. A medida que los trabajadores se jubilaban, los departamentos pasaban a manos de otros empleados.

En la década del 90, los recursos del ferrocarril pasaron a manos del entonces Ente Nacional de Administración de Bienes Ferroviarios (Enabief), pero los habitantes del complejo querían permanecer allí. En 1999 se celebró un boleto de compraventa entre el organismo estatal y la Asociación Mutual Colonia Sola (creada por los vecinos para este fin).

En 2000, la Legislatura porteña aprobó la ley 459, programa de rehabilitación del conjunto habitacional Colonia Sola. La autoridad de aplicación, que hoy es el IVC debía otorgar el dinero necesario para normalizar la compra del terreno al Enabief, hacer la subdivisión de las propiedades y ejecutar el mantenimiento estructural del predio. «Pero hicieron poco desde entonces», se quejó a La Nación Fabián Molina, que desde hace 49 años vive en ese barrio, declarado Patrimonio Histórico de la Ciudad por su valor arquitectónico. A fines de 2005, el IVC entregó el crédito para la regularización dominial a la mutual y sus socios.

Una gran cantidad de vecinos se quejan de que el Instituto de la Vivienda realizó «trabajos de emparche que no respetan la estructura original». Los edificios se ven descuidados; hay paredes descascaradas y desprendimiento de mampostería. Indignado, Molina señaló hacia uno de los bloques traseros: «Pusieron membrana negra sobre el techo de tejas. No tiene nada que ver». El presupuesto de este año para ese complejo es de $ 26 millones.

Hay vecinos que temen que ocurra algún derrumbe, ya que los trabajos de apuntalamiento no tienen mantenimiento y se suponía que eran provisorios. Según la defensora, los últimos peritajes indicaron que «el conjunto presenta una situación de riesgo debido a la falta de mantenimiento». Aun así, «la calidad de la obra original permite que pueda y deba ser conservado».

Para el IVC, «existe una contradicción normativa entre la ley que establece la rehabilitación y subdivisión del complejo y la que lo protege y no permite que se le realicen modificaciones estructurales». A fines de 2016, el organismo ofreció a los habitantes de Colonia Sola créditos para mudarse a otro lugar. Desde entonces, están en trámite 18 solicitudes.