Comuna 14

Quisieron violar a una joven en Palermo

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Una periodista denunció hoy un intento de violación y abuso sexual  en la esquina de Juan B. Justo y Soler, en el barrio de Palermo

En el portal BigBang News, la joven, llamada Manuela Fernández Mendy, contó cómo ayer a las 19, tras salir de su trabajo en pleno corazón de Palermo, dos hombres la amenazaron con una navaja y la acorralaron para abusar de ella e intentar violarla en el paso bajo nivel de Soler.

“Un hombre me tomó con abrupta violencia de un brazo, el otro me levantó de la cintura y llevó su mano a mi boca. Todavía siento impregnado el olor a óxido que emanaba. Fueron dos precisos movimientos que me acorralaron en el pasillo de Juan B. Justo”, detalló la joven.

La periodista contó que mientras uno de los hombre la sujetaba y amenazaba con una navaja, “el otro, con la perversión impregnada en sus apagados ojos, me miraba de arriba abajo. ‘Mamita’, se regodeó, mientras comenzó a masturbarse. Se mas-tur-bó: no pienso utilizar un sinónimo suave. Comenzó a deslizar su mano con velocidad sobre su miembro y le pidió a su colega que me sacara las calzas. ‘Rápido boludo, rápido que acabo’».

Después de varios minutos de luchar, la mujer fue liberada tras morderle la mano al captor que la retenía. “Mordí su oxidada mano con el odio condensado de 28 años de abusos de género. Mordí sus dedos, que ahora impregnaban de sabor a óxido mi boca, como si les estuviera devolviendo gentilezas a todos los hombres que, a su manera, me habían sodomizado o sometido. Jefes, ex parejas, compañeros de trabajo, de colegio, de facultad, profesores. Los mordí a todos” , contó.

Luego de que comenzara a arrastrase y de que uno de los hombres la sujetara de una pierna, sus gritos alertaron a un transeúnte y finalmente los sujetos huyeron. “No sé el nombre de la persona que me rescató. Espero que estas líneas le acerquen mi profundo agradecimiento. Tampoco recuerdo bien cómo llegué a mi casa. Sé que me bañé durante casi dos horas para sacarme el olor a óxido que, sentía, se había impregnado en cada centímetro de mi piel. No hice la denuncia. De nada sirve. La complicidad de la comisaría de la zona con las ‘banditas del pasillo’ es conocida en el barrio”, concluyó.