Doscientos vecinos conocieron hoy a Buenos Aires desde su punto más alto. Con una mañana de sol impecable, entre las 8 y las 11, fueron subiendo en cinco grupos de 40 personas a la cúspide de la torre del Parque de la Ciudad. Llegaron hasta ahí a través de un sorteo que hizo el Gobierno porteño por las redes sociales.
«Hace dos semanas lanzamos la convocatoria. En tres días hubo casi 15 mil inscriptos. Entre ellos, se eligieron 200 lugares y algunos más para suplentes», dijo el subsecretario de Comunicación, Federico Di Benedetto. Esta mañana siguió «el ascenso» junto al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
Con sus 200 metros de altura, el equivalente a tres Obeliscos, la torre es la estructura más alta de la Argentina. Está ubicada en el ex Parque de la Ciudad -antes Interama-, en avenida Fernández de la Cruz 4040, Villa Soldati. A sus pies están la montaña rusa abandonada, el pulpo mecánico oxidado y los restantes juegos importados de Europa a fines de los 70 para el Disney que no perduró.
Mil peldaños de hierro antideslizante y 45 descansos tiene la escalera que llega a su punta. Por suerte funcionan dos ascensores, para 26 personas cada uno, que viajan en un minuto desde la planta baja hasta el mirador.
En la subida por los elevadores guías turísticos acompañaron a los vecinos. Les explicaron, por ejemplo, que la torre emula una gigantesca Excalibur clavada en 25 metros de tierra, que en los días claros se puede ver hasta la costa uruguaya, que la mole fue construida en Australia y traída en barco.
La cima es exagonal y está cubierta de ventanas. Ofrece una panorámica de 360 grados en la que se puede divisar el puente de La Boca, las chimeneas de la Central Costanera, el Río de la Plata, los rascacielos de Puerto Madero y el complejo Lugano, entre otros paisajes y contrastes urbanísticos.
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