El parque Chacabuco recuperará su rosedal. Este espacio verde, diseñado por Carlos Thays a fines del siglo XIX, es uno de los lugares más antiguos del barrio porteño homónimo y perdió buena parte de su esplendor cuando la autopista 25 de Mayo lo atravesó. Con rosales, begonias y petunias, el gobierno porteño promete devolver la belleza a ese paseo.
La propuesta incluye la reinstalación de los canteros florales, actualmente enrejados y cerrados al público, sin funciones y sin atractivo para quienes circulan por el espacio verde. La intención es ayudar a recuperar la identidad del sector como un paseo de rosas con especies de diferentes colores y hábitos de crecimiento.
Las cuatro pérgolas serán vestidas con rosas trepadoras y, en el centro de ellas, se delimitará un cantero que reproducirá con especies florales de estación el logo de la asociación. Se trata de cuatro «lágrimas» en colores rojo (de begonias Flor de Azúcar), azul (de petunias azules), amarillo (de Tagetespatula amarillas) y verde (de Ophiopogon japonicus verde), según explicaron en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
Las especies florales rodeaban a la llamada Fuente de los Sapitos, un espejo de agua de 45 metros de largo custodiado por sapos de bronce surtidores de agua. Llegó a contar con más de 3000 variedades de rosas. Con el tiempo el rosedal se degradó y, cuando se efectúo el trazado de la 25 de Mayo, la fuente desapareció. En 2004, fue reemplazada por otra, que mide 25 metros de largo.
«La comunidad coreana argentina es muy generosa con este aporte, un gran gesto de convivencia», agregó Macchiavelli.
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