Una parrilla abarca todo el frente del predio situado en Ramón Falcón al 2700, en Flores. A ambos costados hay espacios para estacionar autos; por lo general se ven entre tres y cuatro. El inmueble está encajonado entre dos edificios, y hay que mirar hacia arriba para ver el techo de madera y hierro, con un color ya añejo y algunos tablones rotos, que no logra esconder la antigüedad del lugar. Construido en 1892, allí funcionó la primera usina eléctrica de Flores y luego un mercado barrial que alquilaba espacios comerciales. Hoy, es el eje de un conflicto vecinal.
Residentes de la zona y dirigentes de la comuna 7, a la que pertenece Flores, denuncian que el predio fue usurpado por la Cooperativa de Provisión y Comercialización Libertadores de América Limitada, que explota el emprendimiento comercial sin habilitación alguna. «Queremos que el histórico inmueble sea destinado a un proyecto cultural o social con beneficio para todo el barrio», reclamó el vecino Víctor Aspiazu.
«Somos una cooperativa de 16 personas, somos los hijos de los viejos puesteros que trabajaron toda la vida en el mercado», explicó Pablo González, uno de los miembros de la cooperativa. Asegura que los sábados ponen puestos de venta de productos de empresas recuperadas. «Durante la semana agregamos gastronomía, con la parrilla y pizzería que se encuentra en el frente del predio. Además hacemos eventos con varias asociaciones del barrio y la iglesia«, continuó.
«Muchos vecinos consideran que es un lugar como pocos en la zona, por la amplitud que tiene, de 1800 metros cuadrados. Por eso, sería un espacio ideal para desarrollar un proyecto importante, tratando de mantener la fachada, ya que es un edificio que podría ser patrimonio histórico«, dijo Guillermo Peña, presidente de la comuna 7
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