La extraña historia que genero la escultura de Patoruzú, para algunos fue vandalizada, para otros había sido robada y después surgió la versión de que había sido retirada para reparar.
Pero por fin llegamos al final de la polémica: Fuentes del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires informaron que la encontraron vandalizada. La obra, que estaba en Paseo Colón y Belgrano, fue hallada por personal de la empresa que se encarga del mantenimiento de esa plaza, que la llevó a su propio depósito. Y aún faltaba decidir su traslado para restaurarla.
Lo central es que la escultura del cacique, inaugurada en 2013 casi a escala humana, fue arrancada desde la base y sólo quedaron en su lugar las ojotas, con los pies mordidos, quitados de cuajo.
La representación de Patoruzú había sido hecha en resina epoxi y fibra de vidrio reforzada, materiales más livianos y económicos que el bronce, por ejemplo. Con su poncho amarillo al viento, los pantalones arremangados, las ojotas, la pluma y las boleadoras típicas junto a otros miembros del Paseo, como Mafalda, Isidoro Cañones, Larguilucho, Yo Matías, Clemente, La Jirafa de Mordillo, Gaturro y Don Fulgencio, entre otros.
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