Un comisario de la Policía Federal, que hasta ayer era el jefe de la comisaría 51a., con jurisdicción en el barrio de Belgrano, fue detenido en una investigación por presuntos hechos de corrupción. También fue apresado el dueño de un prostíbulo conocido como «Pampita».
El jefe policial detenido fue identificado por los informantes como Héctor Palacio. También fueron apresados otroscuatro uniformados y dos personas con responsabilidades el prostíbulo conocido como «Pampita», situado en La Pampa y Figueroa Alcorta. Uno sería el dueño y el otro sería su empleado de confianza.
Interviene el juez de instrucción porteño Alberto Baños. La comisaría 51a. está situada en Artilleros 2081, en Belgrano.
Según fuentes del caso, además del comisario Palacio fue detenido el segundo jefe de la seccional 51a., el subcomisario Leonardo Avallay. Los informantes agregaron que la acusación sobre los policías imputados sería la de integrar una asociación ilícita que que extorsionaba a comerciantes de la zona y que protegía al prostíbulo «Pampita».
El prostíbulo «Pampita» fue clausurado. Las detenciones y los operativos estuvieron a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Según la investigación de Campagnoli, «Pampita» funciona «bajo el amparo y con la protección de las más altas autoridades de la seccional 51a.; protección que consistiría en hacer la vista gorda ante los delitos y demás irregularidades que allí se llevan a cabo a diario a pesar de que están en pleno de conocimiento de que suceden, como así también a dar aviso previo a realizar una inspección o hasta intentar encubrir y desviar las investigaciones en las que pudieren hallarse involucrados los dueños o explotadores del lugar».
La relación entre los uniformados y el dueño de «Pampita» fue calificada por los informantes como «espuria». policía». «Las pruebas incorporadas demuestran que él es parte de un espurio pacto y que la relación con los policías es tan cercana que hasta numerarios de la comisaría se hacen presentes en el prostíbulo con habitualidad y retiran botellas de champagne y bebidas energizantes para el jefe de la dependencia», se desprende del expediente judicial.
Como sucedió en la investigación por corrupción de la comisaría 49a., que también llevó adelante el fiscal Campagnoli y su equipo de colaboradores, la asociación ilícita de la seccional 51a. tenía otros mecanismos de hacer caja: «Se puede sostenerque otra de las formas de recaudación ilegal de dinero de la asociación ilícita enquistada en la Comisaría 51a. de la Policía Federal Argentina, cuyo jefe sería Palacio, constituye el cobro de un determinado canon por brindar protección exclusiva a los restaurantes y comercios de la zona. Es decir que, por fuera de las vías legales, se conmina a los comerciantes a aportar una suma de dinero impuesta por la comisaría para tener un policía apostado en la entrada del lugar en horarios de atención del público», según un dictamen del representante del Ministerio Público.
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