La plaza Castelli delimitada por las calles Echeverría, Conde, Juramento y las vías del tren, en Belgrano R, cerró sus puertas por reformas, pero los trabajos no empezaron. Hace más de un mes que el patio de juegos esta vacío, que nadie patea una pelota ni anda en bicicleta.
La bronca de los vecinos aumenta con el paso de los días, y a la ausencia de obras se suma la incertidumbre. «Por favor, comiencen a trabajar para que volvamos a disfrutar de la plaza.» El reclamo que puede leerse en una de las lonas que llevan el logo de Buenos Aires Ciudad -y que recubren las rejas del predio- resume el hastío que provocó la medida.
Si bien las reformas de la plaza Castelli dependen de la Comuna 13, cuyo presidente es Gustavo Acevedo, el proyecto está en línea con un plan de recuperación y puesta en valor que hoy se lleva adelante en casi 500 hectáreas de predios públicos, según indicaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
Además del recambio de mobiliario y la inclusión de nuevas estructuras de juegos en muchos de los 418 patios recreativos, ya se reemplazó la arena por baldosones de goma o superficies de caucho antigolpes y antideslizantes. En la plaza Castelli, los chicos aún podían hacer castillos de arena y jugar con la palita y el balde. Y a juzgar por el buen estado de la plaza, muchos de los vecinos creían que «su» arenero sería de los pocos que sobrevivirían a la nueva era. Pero esa clásica postal de la infancia urbana porteña también tiene aquí los días contados.
Más allá de las obras planificadas, y de las distintas opiniones, a favor y en contra sobre el recambio de los areneros por los baldosones de goma, hay un punto en el que todos coinciden y se quejan: la plaza está cerrada hace más de un mes y los trabajos aún no comenzaron.
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