
En Capital y Buenos Aires hay un promedio de cinco cortes en vías públicas. El dato surge del informe que en forma mensual elabora la consultora Diagnóstico Político. En total, en octubre hubo 158 piquetes (115 en Provincia y 43 en Capital). La cifra muestra una tendencia que se mantiene alta. En septiembre fueron 150 (99 en Buenos Aires y 51 en la Ciudad), también con una media de cinco bloqueos diarios.
En la memoria de la mayoría de los porteños o de aquellos que suelen moverse por la zona céntrica, quizás aún esté fresco el recuerdo de la movilización que encabezaron los taxistas el 28 de octubre. El inicio de operaciones de la multinacional Uber en el país los sacó a la calle, ya no para transitarla sino bloquearla. El 28 de octubre fueron miles los que con banderas negras y amarillas marcharon a pie y se trasladaron en caravana hasta los Tribunales, luego de que la Justicia determinara que manejar un vehículo para Uber no es delito. En los alrededores, hubo nudos de autos y complicaciones para moverse. Casi en simultáneo, en la autopista Buenos-La Plata, a la altura de Berazategui, integrantes del Movimiento Social «22 de Agosto Carlos Almirón» hicieron un piquete en demanda de planes sociales. Hubo cubiertas encendidas y humeantes en el medio de la autopista, hombres con palos y, en algunos casos, con la cara tapada. También en esa fecha, también el sur, pero en el límite entre Provincia y Capital, militantes del Partido Obrero protagonizaron un corte contra «el ajuste» en el Puente Pueyrredón y una marcha desde Avellaneda hasta el centro de la Ciudad, que generó trastornos en las avenidas 9 de Julio y Alem. Un día, tres piquetes, el retrato de un fenómeno.
En los meses últimos las organizaciones sociales, los trabajadores estatales y grupos de vecinos integraron el podio de piquetes. En los primeros, los motivos se apoyaron en el aumento de las tarifas y los despidos. En el caso de los vecinos, fueron las interrupciones en el suministro eléctrico y los problemas de seguridad los que los empujaron a las calles.
Durante el kirchnerismo, ordenar los cortes de tránsito en la Ciudad planteaba un conflicto con la Policía Federal, que no actuaba, ni siquiera cuando recibía órdenes de los fiscales contravencionales porteños. La justificación entonces era «no criminalizar la protesta», aunque también existía una decisión política selectiva: cuando los bloqueos eran en contra del oficialismo, las fuerzas de seguridad se involucraban. Hoy, bajo la presidencia de Mauricio Macri y con la Capital gobernada por Horacio Rodríguez Larreta, la situación tampoco se modificó según los expertos. «El Ejecutivo no supo o no quiso resolver la problemática, aún cuando había sido una promesa de campaña. El contexto social es complejo y hay fuerte presión sindical, pero es llamativo que se mantenga casi intacta la política de dejar hacer en el espacio público», dijo Patricio Giusto, politólogo y autor del informe.
El bloqueo de caminos como medio para la lucha popular es centenario, aún cuando se lo haya nombrado «piquete» hace dos décadas. El desafío sigue siendo buscar el equilibrio entre el derecho a protestar con el de circular.
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