Mañana la Legislatura porteña tratará el proyecto del PRO sobre el Ecoparque, mientras que la comunidad científica exigió la refundación del Zoo, según criterios de la Asociación Mundial de Zoológicos, en un contexto de crisis mundial de extinción de especies.
La Fundación Jane Goodall dejó la asesoría que amntenía con el gobierno porteño por el Ecoparque y ahora diez ONG conservacionistas se suman al rechazo por el modelo de reconversión propuesto por la Ciudad y el movimiento Sin Zoo. Las críticas se centrán en que el gobierno porteño mantienen un «ecologismo sentimental y desinformado» para entender el cautiverio en la conservación.
La contrapropuesta de estas ONG es una inversión estatal para rejerarquizar al Zoo como ente científico moderno; abogan por la permanencia de su colección de fauna y el impulso a proyectos reproductivos para remediar extinciones. Las ONG intentan frenar lo que entienden es el desguace del Zoo: «Una institución pionera en reproducir especies en cautiverio por primera vez en el mundo» que debe ser reconvertida en «un ámbito de conservación y educación ambiental del siglo XXI», expresaron.
La oposición está liderada por las fundaciones Vida Silvestre (FVS), Aves Argentinas, Félix Azara, Ambiente y Recursos Naturales, Biodiversidad, Hábitat y Desarrollo, Temaikèn, la Sociedad de Medicina Veterinaria, el Consejo Profesional de Médicos Veterinarios y la Maestría de Diseño Avanzado de la UBA. Cuenta, además, con la adhesión del zoólogo Claudio Bertonatti, que tildó la iniciativa de «ecodisparate«, con «un nombre más acorde a la gestión de residuos que a la conservación de la fauna».
El proyecto que presentó el gobierno porteño propone un modelo interactivo de educación ambiental, prevé derivar a los animales aptos de ser relocalizados (930 mamíferos, 456 aves y 114 reptiles y anfibios) a reservas y refugios, cesar la reproducción de ejemplares exóticos y cuidar hasta su muerte a aquellos que por edad o estado de salud no puedan ser relocalizados. Un proceso «lento y complejo que demandará al menos 20 años» para terminar de despoblar de animales exóticos al Zoo, según precisó Rosario Espina, titular de Biodiversidad del Ecoparque.
Voceros del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología (MMIT) negaron que la intención sea desestimar futuros programas de reproducción de fauna autóctona, como así lo entienden las ONG. Afirmaron que el Ecoparque «tendrá además de esa misión, la de rehabilitar animales que permanecerán en tránsito». Sin embargo, los conservacionistas aseguraron en diálogo con La Nación que la Ciudad sólo ha escuchado «a los que gritan más fuerte contra el cautiverio de fauna que nunca conoció el estado silvestre y que no podrá ser ni reinsertada en su hábitat ni derivada a santuarios -inexistentes en el país- o refugios -también escasos-«. Hablan de «oportunismo político, marketing gubernamental y circo mediático» para proponer «un modelo que no existe en ningún otro lugar del mundo», dijo Bertonatti, ex director del Zoo.
Fuente: La Nación
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