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Colorido desfile de Navidad de la ciudad

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Ante la mirada atenta de los chicos, que habían llevado sus cartas llenas de pedidos, Papá Noel empujó con fuerza la palanca que encendió las luces del arbolito de Navidad en una de las carrozas que, ayer por la tarde, participaron del primer desfile navideño de la ciudad.

A lo largo de cinco cuadras de la avenida Figueroa Alcorta, entre las avenidas Pueyrredón y Callao, más de 60.000 personas acompañaron el evento con el que quedó inaugurada una nueva edición del Parque Navideño, en el barrio de Recoleta.

Con acceso gratuito, durante la semana, los chicos podrán fabricar juguetes, conocer la cabaña de Papá Noel, participar de una carrera de trineos y divertirse en una kermés (sobre lo que se informa por separado).

Ayer, a las 17.30, sus ayudantes, los elfos, abrieron el desfile. Los siguió la banda del Regimiento de Patricios, que interpretó los villancicos más conocidos. Desde los balcones de los edificios cercanos, familias aprovechaban para tomar mate mientras disfrutaban del colorido espectáculo.

Llegó el turno de conocer la historia de la Navidad. Con traje rojo, el anfitrión del espectáculo, que representó el reconocido actor de musicales Mariano Chiesa, les fue contando a chicos y grandes de qué se trataba la celebración. «La magia se hace realidad», dijo, para dar lugar al desfile de las hadas con la Carroza de la Fantasía.

La última carroza, tan llamativa como las anteriores, fue la de la Familia y el Amor. Más de 300 acróbatas, bailarines, patinadores y cantantes le dieron vida a la fantasía.

«Fue muy buena la iniciativa. Vinimos en familia, con mi mujer y mis cuatro hijos y la pasamos sensacional. La Navidad tiene una magia particular y para los chicos es un momento imborrable, que los prepara para una noche que recordarán por siempre», dijo Juan José Robles, vecino del barrio de Villa Urquiza, y que también fue entrevistado por un canal de televisión.

Ya pasadas las 19, llegó el momento más esperado: Papá Noel aterrizó en la ciudad a bordo de su trineo repleto de regalos.

Minutos antes, sus ayudantes repartieron gorros navideños al público. Muchos padres tuvieron que alzar enseguida a sus hijos que no querían perder la oportunidad de verlo de cerca, bien de cerca.