El espacio, ubicado en Caballito, está cerrado desde marzo, los socios que tienen la concesión están enfrentados judicialmente y deben el salario a sus 150 trabajadores.
Sus empleados cortaron las avenidas Donato Álvarez y Rivadavia en reclamo del pago adeudado desde de marzo por parte de los empleadores, cuando se implementó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en el marco de la pandemia de coronavirus Covid-19. Reclaman, además, su inmediata reapertura para poder volver a trabajar.
Ramiro Manuel Fernández Pazos es quien está a cargo de la concesión del predio pero vive en Estados Unidos. Mientras que su hermana, María Soledad Fernández Pazos, no resuelve nada de lo que sucede.
Ante el Gobierno porteño, Fernández Pazos argumenta que está preparando a nivel edilicio todo lo necesario para reabrir de acuerdo a los protocolos. Pero no tiene ninguna fecha confirmada de apertura y asegura que para reabrirlo necesitan, como mínimo, $4 millones.
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