Nadie quiere tenerlos enfrente y los van cambiando de lugar; no se respeta lo que debe tirarse y lo que no y es común que se colmen y rebasen; pese a estar prohibido, los cartoneros se meten a rescatar lo reciclable.
El proceso de contenerización avanza,pero al vecino que se despierta con un contenedor de basura colocado en la puerta de su casa no le gusta nada
Así comienza una guerra silenciosa que hará que ese contenedor que por momentos rebalsará de basura sea corrido de cordón a cordón.
El Gobierno de la Ciudad comenzó a reemplazar los viejos contenedores con rueditas por uno fijos que imposibilitan ser removidos del lugar en que se los asigna.La contradicción es que en muchos barrios se elige la mano derecha donde está permitido el estacionamiento, quitando incluso lugar para los autos que duermen en la calle.
Nadie parece querer tener a los cartoneros o recicladores urbanos, dando vueltas por la cuadra de su casa y así comienzan las peleas entre los vecinos de una misma cuadra.
Al vecino de Palermo Julio Zunino la decisión de instalarle un mastodonte negro frente a la entrada de su edificio no le cierra ni un poco. Vive en la avenida Santa Fe al 3600. Ya de por sí es un lugar movido: pegado a la izquierda tiene un quiosco de revistas, del otro lado, una parada de colectivos cuya cola siempre pasa por enfrente de su edificio; ahora el contenedor sobre la vereda, a dos pasos y medio de la puerta. «Conté los pasos. Es difícil de salir. Tengo una hija discapacitada y es incómodo entrar y salir con ella, al punto que el transporte ya no la puede pasar a buscar por el frente de casa».
En Parque Chacabuco y en barrios más alejados de la zona céntrica comenzaron a reemplazarlos. Sobre la calle Tejedor nos llegaron nuevas denuncias de vecinos que han llamado al 147 para pedir que el contenedor sea removido. Hasta nadie les dio la razón y algunos como Jorge que vive en tejedor al 700 ya planean removerlo una noche de la puerta de su casa.
Facebook
Twitter
RSS