El ex cine teatro Urquiza contempló a un numeroso grupo de personas que desde hace más de tres años lo defiende con vehemencia y hace todo lo que puede para evitar que se transforme en escombros. El jueves pasado, el edificio fue «abrazado» por sus protectores.
«¡Recuperemos el cine teatro Urquiza!«, exclamaron los presentes frente al histórico inmueble del barrio de Parque Patricios, por el que circularon figuras destacadas de la cultura argentina, como Carlos Gardel y Tita Merello.
La lucha por la conservación del edificio fundado en 1921, que hoy se ve descuidado, se inició en 2013. A un vecino de la sala le llamó la atención un cartel pegado en el supermercado chino que funcionaba en el inmueble; el espacio había dejado de funcionar como cine más de cuatro décadas antes. Los inquilinos anunciaban que se iban del lugar porque sus dueños lo iban a tirar abajo para construir allí un inmueble comercial de 10 pisos.
«Eso no podía ocurrir. Hay un montón de historias alrededor del Urquiza«, recordó Octavio Martín Bastaron un par de días para que los vecinos y organizaciones culturales entraran en actividad para luchar por la conservación del inmueble. Desde entonces, el movimiento vecinal no se detuvo.
En 2014, el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 7 de la ciudad de Buenos Aires ordenó una medida cautelar para evitar la demolición de la propiedad.
Ante la Legislatura porteña, los vecinos presentaron dos proyectos de ley. Uno, con el objetivo de proteger el valor patrimonial del ex cine teatro; el otro, para que el gobierno de la ciudad lo expropiara tras declararlo de interés público. «Pero seguimos esperando que los diputados, sobre todo los del bloque oficialista, los traten. Perdieron vigencia y los volvimos a presentar. También pasaron por distintas comisiones», comentó Martín.
El artículo 2 de la ley nacional 14.800 indica que en los casos de demolición de salas teatrales «el propietario de la finca tendrá la obligación de construir en el nuevo edificio un ambiente teatral de características semejantes a la sala demolida» que respete en 90% la capacidad de la vieja sala. El Urquiza tenía butacas para 1600 espectadores. En la ciudad, además, la ley 3680 protege edificios construidos antes de 1941.
El abrazo simbólico al inmueble fue una respuesta a la mediación a la que tuvieron que asistir, hace una semana, dos de los vecinos que en 2013 impulsaron el amparo para proteger el inmueble y que actualmente está en la órbita del Tribunal Superior de Justicia. La mediación responde a una demanda iniciada por la firma Establecimientos Campana SA, propietaria del lugar, y constituye un paso previo a un juicio por daños y perjuicios. «Entendemos que quieren amedrentar a la asamblea de vecinos», denunciaron el jueves pasado.
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