Roberto Gallardo, el juez detrás de la paralización sucesiva de los trabajos, fue apartado de la causa. El Gobierno porteño y la empresa Autopistas Urbanas (AUSA), que tiene a su cargo la construcción del túnel, pidieron que Gallardo fuese separado al considerar que sus fallos no son imparciales y tienen la intención de perjudicarlos. Ayer lograron desplazarlo del expediente, que fue derivado al juzgado de Elena Liberatori, quien decidirá los movimientos futuros de la obra. Además, presentaron una nueva apelación que tendrá que resolver la Cámara en lo Contencioso Administrativo.
El paso bajo las vías del tren Mitre y la avenida Balbín fue presentado en 2014. Desde entonces acumula un historial de idas y vueltas, en una causa iniciada por vecinos y comerciantes de la zona. Ellos denuncian que el túnel podría afectar el sistema de desagües pluviales, un tema sensible para el barrio por estar ubicado sobre el arroyo Medrano. El mismo que en el temporal de abril de 2013 desbordó y provocó inundaciones que dejaron ocho muertos en distintos barrios de Capital, incluido Saavedra.
La sentencia de Gallardo de 2014 focalizó en esa queja y ordenó suspender la realización del túnel. Tiempo después el Gobierno porteño revirtió la decisión en la Justicia, pero en agosto de este año el juez detuvo la obra por segunda vez. La tercera interrupción llegó la semana pasada, diez días después del inicio de los trabajos y a dos semanas de que la Sala II de la Cámara de Apelaciones del Fuero Contencioso Administrativo y Tributario dejará sin efecto la medida de Gallardo.
Parte de los reclamos del Ejecutivo subrayan la manera en que el juez no contempla las sentencias de un tribunal superior e insiste con la interrupción. «El único objetivo de Gallardo es que la obra se paralice cuantas veces sea necesario», se quejaron en la recusación.
Para el freno último, Gallardo se basó en hechos nuevos incorporados al expediente: la falta de consulta del Gobierno porteño al Comité Interjurisdiccional de la Cuenca Arroyo Medrano (un ente nacional y provincial que se formó este año); la ausencia de un modelo que permita testear cómo se comporta el agua sin el túnel y cómo lo hará con él; y la aparición de un audio en el que ingenieros de la obra habrían dicho estar inseguros y preocupados sobre los efectos que podría provocar el túnel en la cuenca.
Facebook
Twitter
RSS