Mientras la Ciudad avanza con la construcción de los túneles del Metrobús 9 de Julio, hoy se reabrirá un acceso clave a la autopista 25 de Mayo, sentido a la autovía Buenos Aires-La Plata. Se trata de la subida de Lima y San Juan, que había sido cerrada en febrero de 2014 y que era utilizada por miles de vehículos a diario.
De esta manera, ya no quedarán restricciones de tránsito por la obra, con lo que se espera que mejore la circulación en la zona. Hasta ayer los embotellamientos eran una constante en la 9 de Julio y en los alrededores. Los automovilistas debían desviarse y subir en Solís o directamente en el acceso de la Buenos Aires-La Plata que queda en el cruce de Huergo y Brasil.
El alivio mayor llegará a mitad de año con la habilitación de los túneles del Metrobús, que evitarán que los colectivos se junten con los autos particulares a la altura de la avenida San Juan, como ocurre en la actualidad. Los dos viaductos conectarán la 9 de Julio con la Plaza Constitución y serán utilizados exclusivamente por once líneas de colectivo: 59, 67, 100, 129, 70, 91, 10, 17, 45, 9 y 98.
Los colectivos que se dirigen hacia el sur porteño por los carriles centrales de la avenida ingresarán al túnel a la altura de Carlos Calvo y saldrán a la calle Lima luego de la intersección con Cochabamba. En sentido contrario, los colectivos que se dirijan hacia el norte ingresarán al viaducto desde Bernardo de Irigoyen -antes de Cochabamba- y saldrán a la superficie en la calzada central de la 9 de Julio, a la altura de Carlos Calvo.
La obra costará cerca de $127 millones. Cada túnel tendrá 200 metros de largo y un solo carril de seis metros de ancho, lo que permitirá los sobrepasos en caso de que algún colectivo sufra un desperfecto bajo tierra. Además, en cada costado habrá pasarelas peatonales, que no estarán habilitadas al público pero que sí se usarán cuando haya que evacuar a los pasajeros.
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