En Costanera Norte, las obras del segundo emisario del arroyo Vega hoy entran en una etapa fundamental. Es que al inmenso pozo que mide 25 metros de profundidad y 35 de diámetro baja la tuneladora alemana Elisa que excavará 6 kilómetros de los 8,4 que tendrá el nuevo túnel que correrá por debajo de la calle La Pampa y las líneas D y B del subte. Con esta nueva obra se duplicará la capacidad de escurrimiento del agua de lluvia hacia el Río de la Plata. Y de esta manera disminuirá el riesgo de inundaciones en cinco barrios porteños: Agronomía, Villa Ortúzar, Parque Chas, Colegiales y Belgrano, y se beneficiarán 315 mil vecinos.
El arroyo Vega atraviesa la Ciudad de Oeste a Este hasta desembocar en esta zona, en Costanera Norte. Cuando llueve mucho, su cuenca y su primer emisario -construido en la década de 1940- desbordan e inundan las calles. Frente a ese conducto saturado, 12 años atrás, se decidió que debía construirse otro. En 2017, empezó la excavación. Máquinas que iban mordiendo su propio suelo sacaron 25 mil metros cúbicos de tierra. Y el pozo, ahora definido, no sólo es la puerta de entrada al segundo emisario, también, cuando el sistema esté en funcionamiento, servirá como regulador del agua de las lluvias.
La tuneladora fue bautizada con el nombre “Elisa”, en homenaje a Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer graduada en Ingeniería en Argentina y Latinoamérica. Mide casi dos cuadras y para trasladarla se necesitaron 118 camiones. “Su dimensión y delicadeza obligan a manipularla en rodajas”, explica Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad. La obra depende de su área. “Funciona como un gran taladro con un cabezal de corte y vagones atrás, que transportan equipos, operarios y la tierra excedente. Es que mientras cava, apuntala el hueco y va formando el túnel”, agrega.


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