Después de seis años, cerró la sala ubicada en Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1150, en pleno centro porteño, un espacio histórico en el circuito de culto de cine-arte de la Ciudad.
El cine BAMA ofrecía una salida alternativa para poder disfrutar de los mejores títulos de cine, con una cartelera con variada producción de películas europeas y argentinas, con entradas a precios más bajos que las grandes cadenas.
El cierre de esta sala se enmarca en una crisis de consumo que repercute en todos los sectores, incluido el cine. La cantidad de público que va al cine viene en caída desde 2015, el año pasado pagaron entrada tres millones menos que en 2017.
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