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Ciudad de piquetes: crecieron un 32% en 2017 y hubo dos por día en promedio

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Las complicaciones para andar por la Ciudad no permiten olvidarse. Corría diciembre de 2016 cuando el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, reconocía que a raíz de los cortes y piquetes, Capital había sido un “caos” sobre el que urgía actuar con la pronto nueva Policía de la Ciudad, por tanto reclamada.

«En este tema no hay que hablar, sino que hay que hacer. Ordenar la cuestión. Que la protesta no perjudique a quienes no protestan”, dijo Rodríguez Larreta a fines de 2016, poco antes de que la Ciudad tomara el control de su Policía.

Un año después, un informe revela que en 2017, ese método de protesta en la vía pública se redujo a nivel nacional pero se incrementó en Capital.

En un año que el estudio realizado por la consultora Diagnóstico Político (DP) presenta como el de “menos piquetes desde 2011”, el centro de la Ciudad subió su promedio un 32% respecto del anterior. En tanto, el promedio diario de piquetes trepó de 1,8 a 2,3, con 849 concentraciones.

El informe se hizo a partir de un relevamiento diario de más de 200 medios de comunicación, impresos y digitales, datos que se sistematizan desde 2009.

“La Ciudad es el único distrito del país donde los piquetes aumentaron respecto de 2016, aunque casi el 80% no tuvieron como destinatario al Gobierno porteño. En cambio, el grueso apuntó al Nacional”, aclara Patricio Giusto, director de DP.

En marzo y septiembre, meses de mayor movimiento piquetero en el Obelisco, los reclamos dirigidos al Estado local no superaban el 11% del total. Y en diciembre, cuando las manifestaciones contra la reforma previsional que se votaba en el Congreso de la Nación dejaron destrozos en los alrededores, ese número descendió a un 6%.

Hay una creciente politización de las protestas, sobre todo, en la Ciudad, según apunta el informe. “Se hacen piquetes por cualquier razón y de las formas más diversas. Hace unos días hubo uno sin piqueteros: vendedores ambulantes de La Plata que montaron un bloqueo con bolsas de basura y no dejaron a nadie en el lugar. En el medio queda el vecino, que es quien más sufre los piquetes, aunque paradójicamente fue el tercer actor social que más cortó calles en 2017”, resume.

En 2016, cuando el protocolo antipiquetes quedó expuesto y desde 2017, cuando la Ciudad empezó a manejar su Policía, hubo cruces en el macrismo: para funcionarios de Nación el control depende de la Ciudad, mientras que según sus colegas porteños, ese conjunto de reglas es inaplicable y los reclamos se dirigen a Nación.

Hoy Ciudad y Nación dicen trabajar juntos, en “mesas” especiales. “El objetivo principal es la coordinación en cada manifestación, atender más rápido los reclamos y mantener un permanente diálogo con todas las organizaciones”, explicaron a Clarín desde el Ministerio de Seguridad y Justicia porteño. “Hay un parámetro claro que el Gobierno fue marcando y las organizaciones respetan: no se recibe a las organizaciones o a los manifestantes si tienen una actitud violenta o si hay un corte total. Se trabaja intentando equilibrar los derechos, que se puedan manifestar y que no corten -del todo- las calles”.