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Ciudad2020 – Federico Saravia: » Con lo que se gasta en la Villa Olímpica, se pueden construir 10 kilómetros de subtes»

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La Ciudad necesita más kilometros de subtes para poder optimizar el transito y el transporte. Poder viajar por debajo de la tierra ayuda a mejorar los tiempos de llegada a destino, colaborando también en el desarrollo de una metrópolis mas descentralizada y menos contaminada.

Buenos Aires es el único distrito en el país que cuenta con una red de subterráneo, compuesta por 6 líneas que recorren 60,8 km. En ella viajan por día más de 1.5 millones de personas, el doble de pasajeros que hace 20 años, cuando se concesionó el servicio en 1993.

Federico Saravia Presidente del consejo Económico y Social de la ciudad de Buenos Aires charlo con Facundo Pastor en Radio La red sobre la importancia de este servicio y de las ventajas que se pueden obtener.

«Un estudio realizado por (CESBA) para medir la calidad de los servicios públicos en la Ciudad de Buenos Aires, en base a datos recabados por una encuesta encomendada a la Consultora Aresco, el 57,4% de los encuestados consideran que la frecuencia del subte, tomando las 6 líneas, es de alta calidad, mientras que 21,6% lo consideran de calidad media. Para realizar el trayecto completo de la línea B utilizando el subte, se tarda 29 minutos, mientras que utilizando el colectivo 140, el más directo entre las mismas estaciones cabeceras, y sin realizar combinaciones, tarda en promedio 1 hora«. Cuenta Saravia

Al consultarles a los porteños por el principal medio de transporte que utilizan en la Ciudad, el 74,1% se inclinan por el transporte público. Sin embargo, y pese a las evidentes ventajas del subte, el colectivo sigue siendo el principal medio de movilidad elegido: un 53,3% de los porteños lo eligen por sobre el 20,8% que se inclinan por el subte.

Lo cierto es que estos datos señalan por un lado, que el uso del transporte público en la Ciudad es importante, ya sea porque es más económico que trasladarse en auto particular, pero también, porque como en el caso del subte, es más rápido y eficiente que otro medio de transporte.

La línea B, que recorre las estaciones entre Leandro N. Alem y Juan Manuel de Rosas, es la más utilizada. El 22% del total de los pasajeros, es decir 360.000, la utilizan a diario. Si pensamos la misma cantidad de pasajeros, pero en colectivos, serían más de 10.900 colectivos que diariamente harían ese recorrido. Si todos esos colectivos se estacionasen uno detrás del otro llegaría a ocupar 1.199 kilómetros. Ahora bien, si en vez de utilizar el transporte público, todos los usuarios de la línea B decidiesen hacer el trayecto en auto, teniendo en cuenta que viajan 4 pasajeros por vehículo, estos alcanzarían los 90.000 automóviles, que colapsarían por varias horas el recorrido de tan solo 11.8 kilómetros que hace la línea B.

Respecto al crecimiento de las líneas subterráneas, hace casi un siglo, en 1913, la Ciudad de Buenos Aires se convertía en la primera ciudad latinoamericana con subte, al inaugurarse la línea A, entre Plaza de Mayo y Plaza Miserere, pero la extensión completa de la red en estos más de 100 años de vida apenas supera los 60.8 kilómetros, mientras que, en Santiago de Chile, que comenzó la construcción de su subterráneo en los años 70, hoy se extiende por más de 100

kilómetros de vía. Si consideramos un periodo más acotado, para pensarlo comparativamente, entre 1995 y 2015, la Ciudad de Buenos Aires hizo alrededor de 23 kilómetros de subte, mientras que Madrid hizo 234 kilómetros.

 

«Las diferencias en los costos son muy significativas, pero como casi todo en la vida, se reduce a una cuestión de prioridades. Recientemente, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires tomó 1.000 millones de dólares de deuda para la construcción de la Villa Olímpica para los Juegos Olímpicos de la Juventud que tendrán lugar en 2018. Una elección que no necesariamente cuestionamos, pero que podría mensurarse en 10 kilómetros de subtes que se dejaron de construir y que podrían cerrar el circuito de las estaciones cabecera«. Cuenta Saravia

«Las demandas de mayores inversiones en los subtes no solo se deben traducir en más líneas y más frecuencias para reducir los tiempos de traslado, sino que la mejora en la calidad del transporte también debe demandar la extensión de las líneas ya existentes para evitar realizar combinaciones«. Comenta Saravia

«Desde el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (CESBA), estamos convencidos de que el tiempo que los ciudadanos tardan en trasladarse desde sus hogares hasta sus trabajos, junto con la calidad del servicio del transporte, son parte central del debate de las políticas que hacen a la calidad de vida en la Ciudad«. Finalizo Saravia