La política de entrega al negocio privado de los espacios verdes viene desde hace tiempo mostrando su rostro más despiadado en Colegiales, uno de los barrios de mayor densidad demográfica de la Ciudad de Buenos Aires.
Justamente la manzana de la Plaza Clemente ha sido, durante un cuarto de siglo, estandarte irrenunciable y un emblema de las luchas vecinales por la recuperación de las tierras públicas de Buenos Aires. Pese a pertenecer al patrimonio de la Ciudad, en 1991 el predio fue intrusado por la empresa Canal Nueve y permaneció ocupado ilegalmente hasta que en 2004, tras trece años de infructuosos reclamos, se consiguió su restitución al dominio público.
Por su parte, desde el inicio de sus actividades en el año 2012 el Consejo Consultivo Comunal nº 13 remitió un total de diez notas con fechas del 8 de mayo de 2012, del 3 de septiembre de 2012, del 28 de agosto de 2013, del 19 de marzo de 2014 y del 25 de febrero de 2015 exigiendo «la parquización completa y sin más demoras de la Plaza Clemente, delimitada por las calles Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde, según lo indica el Artículo 6º de la Ley 2567, con terreno permeable y cubierta vegetal cohesiva (plaza verde, no seca), sin verja de cerramiento y con una forestación que complemente y preserve la totalidad de los ejemplares arbóreos implantados (lapacho, línea de veinte álamos piramidales y línea de calistemon) y silvestres (ejemplares aislados de fresno, ailanto, etc.) que actualmente crecen en dicho predio.»
Una UTE conformada por las empresas Prospect S.A. y Borok Construcciones S.R.L. pretende convertir la manzana de la Plaza Clemente, que según la legislación de la Ciudad y el Código de Planeamiento Urbano solo puede ser una plaza, en un centro comercial a cielo abierto. Los planes que recién en las últimas semanas comenzaron a filtrarse incluyen dos subsuelos con estacionamiento para 250 autos, un salón de eventos de 1100 m2, y la superficie de lo que debió ser la plaza cubierta de lado a lado por enormes tiras de locales comerciales separadas por un pasillo peatonal. Como la obra es escandalosamente ilegal, ha sido también en secreto adjudicada a su único oferente.
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