De esta iniciativa participan docentes, alumnos y alumnas. Consiste en considerar a la huerta como una herramienta didáctica que permite poner en práctica, mediante experiencias directas y estando en contacto con la naturaleza, contenidos propios de los diseños curriculares de cada nivel.
Gracias a esto, las instituciones van a poder sembrar y cosechar sus propios alimentos libres de agroquímicos, que servirán de consumo para toda su comunidad educativa y sus familias.
Ya son 630 las escuelas con proyectos de huerta agroecológica en la Ciudad.
Esta idea surgió a partir de la colaboración entre el programa Escuelas Verdes y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
“Hace más de diez años que trabajamos con diferentes proyectos y lo que estamos incentivando actualmente es el proyecto de huerta escolar agroecológica, junto con otros proyectos de educación ambiental. Esperamos que muchas más escuelas se sigan involucrando con el proyecto porque el contacto con la naturaleza es importante para el aprendizaje”, explicó Johanna Charrycastro, coordinadora del área Comunidades Sustentables, de Escuelas Verdes.
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