
La suba de las tarifas, las dificultades para habilitarlas y las clausuras repetidas son algunos de los motivos que las ponen al borde del cierre definitivo a las milongas porteñas. La legisladora Andrea Conde, del Frente para la Victoria, impulsan un proyecto de ley para proteger la actividad.
La iniciativa propone la creación de un registro, la entrega de subsidios, créditos, exenciones impositivas y la incorporación de una partida presupuestaria, que se alimente, entre otros recursos, por los fondos de la Unesco por la declaración del tango como Patrimonio de la Humanidad.
“Surge como respuesta a la preocupación por las clausuras que sufrieron los salones en los últimos tiempos. También al tarifazo que multiplicó los costos y las perjudica en forma grave”, dijo Conde a Clarín. El proyecto se presentó el mes pasado en Mesa de Entrada en la Legislatura y hoy está en negociación para captar la adhesión de otros legisladores. También se lo acompaña de actividades que buscan poner el tema en agenda. Así, en julio, cientos de personas se reunieron frente a la Legislatura a bailar tangos y ayer estaba organizada una milonga abierta en la explanada del Polo Científico y Tecnológico, en Palermo, que se suspendió por la lluvia y fue reprogramada para dentro de 15 días.
“No hay una política cultural de protección al tango. La Ciudad está muy envalentonada con el Campeonato. Se apuesta a ese evento, pero se desatiende a las milongas y a las orquestas”, dijo Omar Viola, fundador en los 80 del Parakultural y organizador de las milongas del Salón Canning y del Club Fulgor de Villa Crespo.
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