
La primera etapa de implementación de la Verficación Técnica Vehicular (VTV) en la Ciudad de Buenos Aires, que rige desde octubre de 2016, y por la que ya pasaron 93.474 vehículos. De este total, 12.713, que representan el 13.6%, fueron rechazados por presentar desperfectos graves principalmente en luces, frenos, neumáticos y contaminación. Todos potenciales causa de siniestros viales.
El número es considerable, si se tiene en cuenta que hasta el momento sólo han pasado por alguna de las siete plantas verificadoras porteñas, las unidades con patentes terminadas en 0 y 1, y que cumplen con los requisitos para realizar el trámite: tener más de tres años de antigüedad o más de 60 mil kilómetros en el caso de los autos, o a partir del primer año de rodado para las motos.
Los coches que no aprobaron la revisión quedan inhibidos para circular, y cuentan con un plazo de 60 días para arreglar las fallas y pasar por una re verificación, que se realiza sin cargo. No obstante, entre los aptos y los bochados se encuentran los «condicionales», denominación en la que entran aquellos rodados que presentan fallas leves, que deben ser resueltas también en un plazo máximo de dos meses. Durante ese término, pueden circular con un certificado.
En esta situación se detectaron 10.408 vehículos, un 11.1%, que dependiendo de su reparación o no, pueden inclinar el resultado final para un lado u otro de la estadística. En este sentido, la responsabilidad del conductor juega un rol clave para tomar conciencia de que, más allá de un «problemita mecánico», un auto con defectos en sus frenos o neumáticos es un arma letal que se dispara sola.
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