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El museo de un soltero empedernido ahora es una nueva sede emblemática para casarse

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Benito Quinquela Martín fue un soltero empedernido. Se casó recién a los 84 años con su asistente de toda la vida, Marta Cerruti, en una ceremonia reservada porque ya estaba enfermo. Lejos, quizá, de la postura del pintor sobre los compromisos amorosos pero como un homenaje a su vida y obra, desde este lunes el museo que fundó en el barrio de La Boca se incorporará al programa de matrimonios en lugares emblemáticos de la Ciudad. La fecha no es casual: ayer hubiera sido el cumpleaños del artista. Y en el mes de julio, el museo cumplirá 80 años.

Cuatro parejas celebrarán su boda con una vista privilegiada a la cuenca del Riachuelo que tanto inspiró al artista en sus pinturas de vida portuaria que lo hicieron célebre. «Es un proyecto que miramos con mucho cariño porque es un museo abierto, que va al encuentro de la gente y nos parece importante que quieran celebrar ese momento tan especial aquí», asegura Víctor Fernández, director de la institución desde hace cuatro años.

El establecimiento ubicado en avenida Pedro de Mendoza 1835 fue donado por Quinquela Martín en 1933 para construir una escuela primaria y un museo, que fue inaugurado cinco años después. Además de los murales pintados por el célebre pintor y obras figurativas de artistas argentinos, hay una colección de mascarones de proa, única en Latinoamérica. Ahora se suma a escenarios como el Rosedal de Palermo, la Usina del Arte o el Jardín Japonés que los porteños pueden elegir como locación para casarse.