Juntistas Comunales defienden el patrimonio histórico de la ex fábrica de vinagres Hüser del barrio de Monte Castro.
La ex fábrica de vinagres Hüser fue protegida por una Resolución. Pero una Disposición autorizó que allí se construyan edificios. Los miembros de la Junta Comunal del Frente para la Victoria de la Comuna 10 denuncian el caso y los problemas de infraestructura que podrían generar la construcción de torres.
“El nuevo proyecto inmobiliario puede colapsar los servicios públicos”, denuncian los comuneros Leonardo Farías y Cynthia Salama.
La ex fábrica de vinagres Hüser, Mercedes entre Santo Tomé y Arregui, hace muchos años que está abandonada. Los vecinos padecieron el vacío que dejó la fábrica. Hace unos meses una inmobiliaria instaló una oficina desde la que puede verse una maqueta con varias torres: es el proyecto que pretenden construir en la ex fábrica de vinagres.
Los Juntistas del Frente para la Victoria de la Comuna 10 tomaron nota de la cuestión, y denuncian que “en 2012, por Resolución N° 268/SECPLAN/12, el edificio fue incorporado con carácter preventivo al Catálogo de Inmuebles Patrimoniales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con nivel de protección cautelar”.
“La idea de esa catalogación es preservar el patrimonio urbano como soporte físico de la identidad de la comunidad, sustento de la memoria colectiva y su traspaso a las futuras generaciones”, sostienen los comuneros.
Pero el 27 de noviembre de 2014, una la Disposición 2150/DGIUR/14 choca de lleno contra la Resolución, ya que dispone la factibilidad de un proyecto de obras de“ampliación, modificación, demolición parcial y puesta en valor de la ex fábrica Hüser”.
Esa disposición destina el predio a “vivienda multifamiliar, estudios profesionales y garage, ignorando la catalogación e introduciendo modificaciones sustantivas al paisaje urbano y afectando al medio ambiente”, dicen Farías y Salama.
Ellos sostienen que “la construcción de torres mantendrían, a lo sumo, la fachada de la fábrica como puerta de entrada a la edificación, pero significarían un impacto estrepitoso en el barrio y en la comunidad”.
Aseguran que “según relevamientos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, en el caso de la construcción edilicia no es menor la afectación de los perfiles urbanos, la eliminación de visuales, la pérdida de luz solar, la imposibilidad de la circulación de aire. Pero también la afectación de los desagües cloacales, el suministro de agua corriente, la red de alimentación eléctrica, la red de circulación vial, los espacios verdes de uso público, las escuelas, los servicios de salud, etc.”.
A los vecinos linderos a la ex fábrica de vinagre no les molesta el proyecto porque “están cansados de los hechos de inseguridad que se viven en la cuadra”. Los Juntistas aseguran que “es nuestra voluntad atender todas las problemáticas que en esa manzana se suscitan, pero en función de propuestas que contribuyan a la seguridad, el buen uso del espacio público, el paisaje urbanístico y la historia del barrio y de cientos de trabajadores que por allí han pasado, y contribuido a la Industria Nacional”.
También aclaran que “no queremos mantener el edificio de la ex fábrica Hüser sin darle uso. El edificio debe mantenerse, pues si el proyecto de uso no sirve, sólo acelera su caída a pedazos. Pero un inmueble catalogado como patrimonio histórico no puede ser demolido en casi su totalidad para que sea la fachada de entrada a unas torres a las que muy poca gente con historia en el barrio pueda acceder. Tenemos propuestas, podemos discutirlas, pero sobre todo, podemos intercambiar ideas con los vecinos para generar proyectos que constituyan un beneficio para la comunidad”.
Mientras tomaban estado público las acciones de los Juntistas del FpV de la Comuna 10, la empresa que encara el proyecto inmobiliario no perdió tiempo, y se presentó en la Sede Comunal para pedirle una autorización firmada al Presidente de la Comuna, Agustín Ferrari, pero este no accedió al pedido.
La ex fábrica de vinagres Hüser fue protegida por una Resolución. Pero una Disposición autorizó que allí se construyan edificios. Los miembros de la Junta Comunal del Frente para la Victoria de la Comuna 10 denuncian el caso y los problemas de infraestructura que podrían generar la construcción de torres.
“El nuevo proyecto inmobiliario puede colapsar los servicios públicos”, denuncian los comuneros Leonardo Farías y Cynthia Salama.
La ex fábrica de vinagres Hüser, Mercedes entre Santo Tomé y Arregui, hace muchos años que está abandonada. Los vecinos padecieron el vacío que dejó la fábrica. Hace unos meses una inmobiliaria instaló una oficina desde la que puede verse una maqueta con varias torres: es el proyecto que pretenden construir en la ex fábrica de vinagres.
Los Juntistas del Frente para la Victoria de la Comuna 10 tomaron nota de la cuestión, y denuncian que “en 2012, por Resolución N° 268/SECPLAN/12, el edificio fue incorporado con carácter preventivo al Catálogo de Inmuebles Patrimoniales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con nivel de protección cautelar”.
“La idea de esa catalogación es preservar el patrimonio urbano como soporte físico de la identidad de la comunidad, sustento de la memoria colectiva y su traspaso a las futuras generaciones”, sostienen los comuneros.
Pero el 27 de noviembre de 2014, una la Disposición 2150/DGIUR/14 choca de lleno contra la Resolución, ya que dispone la factibilidad de un proyecto de obras de“ampliación, modificación, demolición parcial y puesta en valor de la ex fábrica Hüser”.
Esa disposición destina el predio a “vivienda multifamiliar, estudios profesionales y garage, ignorando la catalogación e introduciendo modificaciones sustantivas al paisaje urbano y afectando al medio ambiente”, dicen Farías y Salama.
Ellos sostienen que “la construcción de torres mantendrían, a lo sumo, la fachada de la fábrica como puerta de entrada a la edificación, pero significarían un impacto estrepitoso en el barrio y en la comunidad”.
Aseguran que “según relevamientos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, en el caso de la construcción edilicia no es menor la afectación de los perfiles urbanos, la eliminación de visuales, la pérdida de luz solar, la imposibilidad de la circulación de aire. Pero también la afectación de los desagües cloacales, el suministro de agua corriente, la red de alimentación eléctrica, la red de circulación vial, los espacios verdes de uso público, las escuelas, los servicios de salud, etc.”.
A los vecinos linderos a la ex fábrica de vinagre no les molesta el proyecto porque “están cansados de los hechos de inseguridad que se viven en la cuadra”. Los Juntistas aseguran que “es nuestra voluntad atender todas las problemáticas que en esa manzana se suscitan, pero en función de propuestas que contribuyan a la seguridad, el buen uso del espacio público, el paisaje urbanístico y la historia del barrio y de cientos de trabajadores que por allí han pasado, y contribuido a la Industria Nacional”.
También aclaran que “no queremos mantener el edificio de la ex fábrica Hüser sin darle uso. El edificio debe mantenerse, pues si el proyecto de uso no sirve, sólo acelera su caída a pedazos. Pero un inmueble catalogado como patrimonio histórico no puede ser demolido en casi su totalidad para que sea la fachada de entrada a unas torres a las que muy poca gente con historia en el barrio pueda acceder. Tenemos propuestas, podemos discutirlas, pero sobre todo, podemos intercambiar ideas con los vecinos para generar proyectos que constituyan un beneficio para la comunidad”.
Mientras tomaban estado público las acciones de los Juntistas del FpV de la Comuna 10, la empresa que encara el proyecto inmobiliario no perdió tiempo, y se presentó en la Sede Comunal para pedirle una autorización firmada al Presidente de la Comuna, Agustín Ferrari, pero este no accedió al pedido.
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