A una semana del desalojo de los vendedores callejeros, en la zona de Avellaneda y Cuenca, en Flores, la presencia policial garantiza que no regresen los manteros, pero hay inquietud de los comerciantes por lo que pueda pasar de acá en adelante.
El operativo, ordenado por el ministro de Seguridad Martín Ocampo y coordinado por la secretario de Seguridad a cargo de Marcelo D`Alessandro, no busca estigmatizar a los vendedores callejeros. De hecho, hay un registro para que se inscriban y puedan desarrollar su actividad de una manera ordenada en un lugar con las debidas condiciones.
El factor tiempo jugará un papel clave. Para las autoridades, no ceder hará que, como en su momento en Florida, Retiro o Constitución, la situación no se retrotraiga. De la vereda de enfrente, los vendedores resisten la opción de ir a galpones en el Once. Están solos: comerciantes, vecinos y el Gobierno porteño no aceptan su regreso.
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