A raíz de la inquietud de varios vecinos del Parque Chacabuco, preocupados por la posible concesión en el lugar de un nuevo bar que reduciría el espacio verde allí disponible, el Defensor del Pueblo Alejandro Amor recomendó a los Subsecretarios de Uso del Espacio Público y de Deportes de la Ciudad que, en el caso de que se aplique lo establecido en la ley 4950 -que permite la instalación de bares en plazas cuando el espacio verde supera los 50.000 m² de superficie-, se tome en consideración que ya existe una confitería emplazada en el bajo de la Autopista 25 de Mayo, lindera al Centro Cultural Adán Buenos Ayres, que ocupa aproximadamente 500 m2.
Bajo la consigna «Ciudad propia o ciudad apropiada», los vecinos manifestaron su rechazo «a la ley de bares en los parques y a las amenazas y represalias a las ONG, mediante demandas judiciales».
«Vamos a impedir que se instale el bar en el Parque Chacabuco y necesitamos que los diputados de la ciudad se opongan al proyecto», señaló Alberto Aguilera de la comuna de Caballito y agregó: «Con los 5 millones que cuesta poner el bar en el parque, podríamos ayudar con insumos al Hospital Garrahan».
Por su parte, el diputado Alejandro Bordart, dijo que «los artículos 26 y 27 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, son muy claros en cuanto a la preservación, incremento y restauración de los espacios que aseguren un ambiente sano y que cumplen con los procesos ecológicos esenciales como es el caso de los Espacios Verdes Públicos».
Los vecinos rechazaron además las iniciativas de IRSA en el barrio de Santa María del Buen Ayre en la Costanera Sur, consistente en la construcción de torres, hoteles de lujo «bajo un esquema de poder surgido de los negocios inmobiliarios».
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