El barrio de Boedo apareció con moños azules colocados por un anónimo, en árboles, paredes y casas, para concientizar sobre la problemática que implica el ruido generado por la pirotecnia en niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA).
El color elegido es el que identifica a la lucha en la defensa de las personas que padecen TEA y, en esta ocasión, con el agregado de la inscripción «no a la pirotecnia».
Las fotos de los moños fueron compartidas en redes sociales por los vecinos para apoyar la iniciativa y como un llamado para que cesen el uso de fuegos artificiales de estruendo, que son los que provocan los principales problemas.
En la Legislatura porteña aún no se aprobaron leyes al respecto a pesar de que ya fueron presentados varios proyectos para que haya pirotecnia con menor o nulo grado de estruendo.
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