Comuna 13

No habrá Mercado Central en Colegiales

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La construcción del Mercado Central de Colegiales había nacido sin las habilitaciones correspondientes y con denuncias por parte de los vecinos. Tras una larga disputa, que implicó tensión entre la gestión porteña del PRO y el gobierno kirchnerista, clausuras e imputaciones a funcionarios, la primera sucursal del centro de venta mayorista en la Ciudad de Buenos Aires estaba acondicionado y su inauguración era inminente. Sin embargo, el local de la Red Comprar fue finalmente desmontado.
El predio de la calle Crámer al 400, que la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) había cedido al Mercado Central, quedará en manos de la Ciudad de Buenos Aires.
En mayo de 2014, sin permiso de construcción ni trámite de habilitación de actividad comercial en curso, arrancaba la instalación del establecimiento con el objetivo de que la cuarta sucursal de Red Comprar comenzara a funcionar en junio de ese mismo año.
Pero, al poco tiempo, el director general de Fiscalización y Control de Obras dispuso la clausura inmediata y preventiva «por encontrarse afectadas las mínimas condiciones de funcionamiento por ejecutar obra sin permiso, no poseer documentación registrada y falta de cartel de obra».
El presidente de la Corporación Mercado Central, Carlos Martínez, y los presidente y vice de la AABE, Antonio Vulcano y Martín Reibel Maier, habían firmado inicialmente un «permiso de uso» gratuito por diez años. Los vecinos denunciaban, en ese entonces, que el terreno estaba destinado a la creación de un espacio verde de interés vecinal y meses más tarde se imputó a los tres directores por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En diciembre, la legislatura porteña aprobó la rezonificación del predio para que no se pueda edificar el mercado y dispuso que allí solo pudiera montarse un parque público. Parecía un triunfo de los vecinos; pero, tras cinco clausuras del gobierno porteño, la construcción avanzaba en 2015 mientras el entonces vicepresidente Alberto Samid calificaba de «cipayos» a los detractores de su iniciativa, pero su sueño de instalar una sede en la Ciudad de Buenos Aires se vio ahora frustrado por las nuevas autoridades de la Corporación Mercado Central, que pusieron punto final al proyecto.