Luego de la Noche de los Museos, en octubre del año pasado, se cerraron las puertas de la Casa Museo de Carlos Gardel y comenzaron las polémicas refacciones. Ubicada en Jean Jaures al 700, en el barrio de Abasto, es una típica «casa chorizo» con un frente revocado con piedra París, y puertas originalmente marrones. Sin embargo, al iniciar las obras, el frente se pintó de blanco, y la puerta y los marcos de las ventanas de verde, lo que generó un descontento entre agrupaciones de gardelianos, que ayer se manifestaron en el lugar.
Durante las dos horas que duró la protesta, se escucharon las letras de «Volver» y «Caradura» interpretadas por cantantes «gardelianos» que, junto a las demás personas presentes, aguardaban explicaciones por parte de las autoridades porteñas en cuanto a las obras que se están llevando a cabo.
“Hay sitios que se deben modernizar, pero otros que se deben respetar, y lo único que queremos es que no se dilapide el pasado», manifestó el presidente de la Fundación de Industrias Culturales, Walter Santoro, al terminar la protesta. «Nada de lo que hicieron coincide con la fachada arquitectónica original, es un edificio histórico a nivel mundial y lo están arruinando”, continuó.
Pero las críticas no terminan ahí, con un petitorio que reunió más de 3.000 firmas digitales de “gardelianos” de todo el mundo, y otras 300 firmas físicas de argentinos preocupados por la preservación del hogar del artista, pretenden que se recapacite sobre los arreglos para que no se modifique completamente el espacio histórico.
Fuente: Clarín
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