Cada 5 de septiembre se conmemora el Día de la Mujer Indígena con motivo de que en 1782 Bartolina Sisa – mujer del feroz Túpac Katari, aymara alzada en armas contra el Imperio español – fue sacada del cuartel de la Plaza Mayor de La Paz, atada a la cola de un caballo con una soga al cuello, arrastrada, ahorcada y descuartizada.
Casi 250 años después, un grupo de mujeres originarias en el barrio Ricciardelli del Bajo Flores – la ex 1-11-14- busca actualizar su legado.
Verónica Mollericona Capajeña – nacida en Escoma, La Paz (Bolivia) – creó en 2014 un comedor como punto de encuentro y de memoria, como modo de organización y de acción.
“Mujeres Creando Bartolina Sisa” genera sus propios recursos para darle de comer a 360 personas. Este espacio está sostenido por la comunidad, ya que o recibe dinero por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, apenas algunos alimentos.
“Para nosotras Bartolina Sisa es una heroína y una referencia. Junto con Túpac Katari llevaron adelante la rebelión más importante contra los españoles. Luchó por lo mismo que nosotras. Luchó como mujer, para que no volvamos a callarnos”, explicó Verónica.
El comedor ofrece cursos de computación y apoyo escolar, clases de quechua y aymará, además de compartir las celebraciones que hacen a la identidad originaria.
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