Un equipo de expertos se encuentra trabajando en la puesta en valor del patrimonio escultórico del Cementerio, ubicado en Junín 1760, en Recoleta.
La restauración implica hacer un diagnóstico para conocer qué alteraciones sufrieron las obras con el paso del tiempo. Consiste, entonces, en la limpieza y recuperación al estado original de estos materiales. Los trabajos en cada monumento pueden prolongarse durante varios meses, puesto que se realizan de forma simultánea en varias piezas y son acompañados del registro fotográfico y documental de cada pieza e intervención con información interactiva disponible para otros investigadores.
Esta iniciativa, a cargo de la Secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal del Gobierno porteño, es un proyecto pionero que servirá como ejemplo de preservación para otros campos santos.
De las 5.000 bóvedas del cementerio, 90 poseen la calificación de «sepulcros históricos nacionales», y se calcula que ya se ha intervenido con acciones un 80% del total.
“Año tras año notamos un incremento constante de visitas, eso demandó de parte de la Ciudad un plan que nos permita poner en valor todo su patrimonio como elemento central de su atractivo internacional”, expresó la secretaria Julia Domeniconi.
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