Comuna 12

Retoman el lunes las obras del viaducto Balbín en Saavedra

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El lunes próximo, el gobierno porteño retomará la construcción del viaducto de la avenida Balbín por debajo de las vías del ramal Mitre del ferrocarril Mitre, en Saavedra. El 30 de agosto se habían iniciado los preparativos para las obras, pero dos días después una medida cautelar respaldó un reclamo vecinal y ordenó la suspensión de los trabajos.

Estos vecinos exigían que, antes de construir el viaducto, la Ciudad realizara las obras necesarias para concluir con las inundaciones que sufre el barrio. A raíz de este reclamo, el juez en lo contencioso administrativo y tributario Roberto Gallardo ordenó frenar los trabajos. Ayer, la Sala II de la Cámara de Apelaciones dio vía libre para retomarlos.

Sin embargo, mientras algunos vecinos rechazan el proyecto con vehemencia, otros lo celebran porque consideran que ayudará a organizar el caótico tránsito de esa avenida.

«La ejecución del cruce bajo nivel en Balbín podría conectar dos subcuencas actualmente separadas por la traza del ferrocarril y, por lo tanto, modificar el impacto de las aguas de lluvia durante el desarrollo de un evento extremo», explicó María Eva Koutsovitis, ingeniera civil e investigadora de la UBA, en un informe producido a pedido de los vecinos que integran la Asamblea Saavedra.

Uno de sus miembros, Miguel Ángel Scarlata, un comerciante de 62 años que vive a metros del futuro túnel, participó el martes de una reunión con representantes del gobierno porteño. «Nuestra prioridad es resolver el problema de las inundaciones. Luego habría que pensar en el tránsito», dijo a LA NACION. En 2013, un violento temporal provocó una inundación que dejó en Saavedra un saldo de seis muertos.

Gerardo González, de 47 años, también integró la comitiva. «Los ingenieros admitieron que existe un problema con el arroyo Medrano, que corre cerca del lugar, pero minimizaron el problema», comentó.

Se extenderá entre la calle Estomba y la avenida Goyeneche, será de doble mano y contará con cuatro carriles de circulación, dos por sentido. Su altura libre de paso de 5,10 metros lo hará apto para tránsito liviano y transporte de pasajeros.

Como prevención contra las inundaciones, se efectuará una readecuación general del sistema hidráulico y se instalará una estación de bombeo dotada de grupo electrógeno que permitirá su funcionamiento ante cortes de energía eléctrica.

Como se dijo, hay vecinos que aplauden la iniciativa oficial. «Va a ordenar el tráfico. En horarios pico, para cruzar la barrera en auto a veces debo esperar hasta 20 minutos», dijo Roxana Pausich, de 46 años, empleada, que vive a dos cuadras de las vías. Y agregó: «Desde que el gobierno hizo algunos arreglos hídricos, el barrio ya no se inunda. No creo que el viaducto agrave ese problema».

También aprueba el proyecto el vecino José Barreiro López, de 80 años. Consideró que va a despejar el tráfico: «Por la cantidad de colectivos que circulan, en horario pico Balbín se vuelve intransitable», dijo.

Hasta hace un año, la vecina Carola Valdivia, de 42 años, ama de casa, vivía en Urquiza, donde los viaductos «funcionan muy bien». Ahora vive en Saavedra y se expresó a favor del nuevo proyecto.

En cambio, los comerciantes no tienen dudas: los trabajos perjudicarán seriamente sus negocios. «Durante la obra creo que cerraré el comercio. En agosto, los dos días que estuvieron de obra pasé de vender 20 pares de zapatos por día a sólo cinco. Así no cubro los gastos», se lamentó Fernando Fidalgo, dueño de una zapatería situada en Balbín al 300.

Al florista José Gómez, que atiende su quiosco a pasos de las vías, lo domina la incertidumbre: «Nos vuelan de acá. No sé dónde me reubicarán», confió.