Se podrá manejar con el registro vencido hasta por 40 días en la Ciudad

En medio de las quejas por inconvenientes para tramitar el registro en la Ciudad, la secretaría de Transporte porteña prorrogó excepcionalmente por cuarenta días corridos la validez de las licencias de conducir de todas las categorías con vencimiento entre el 27 de febrero y el 31 de marzo de este año. Los problemas se producen por una falla en el sistema informático, que se suma al colapso de las sedes donde se gestiona el documento por el cierre por obras de las oficinas de la avenida Roca 5252. Este miércoles seguía sin atender la oficina de Beiró 4662 porque aún no se le había restablecido el sistema.

Los 40 días de la prórroga serán contados a partir de la fecha de vencimiento consignada en cada licencia. La resolución fue publicada en el Boletín Oficial de este miércoles, con la firma del secretario de Transporte, Juan José Méndez. Según la norma, la extensión de la validez de los registros fue solicitada por la Dirección General de Habilitación de Conductores y Transportes, porque «desde el día 27 de febrero del corriente año y hasta la actualidad el sistema informático mediante el cual se emiten las licencias de conducir presenta fallas operativas que no pudieron solucionarse oportunamente«.

Desde hace días, los conductores que van a renovar sus licencias se encuentran con sedes colapsadas, donde muchas veces les informan que no pueden hacer el trámite por «falta de sistema». Mientras, el Gobierno porteño recién está otorgando turnos para hacer el trámite a partir del 25 de abril.

Los motivos de las demoras, según Transporte, son que están haciendo obras de refacción en la sede central, ubicada en la avenida Roca, que es donde se hacen el 37,5% de los trámites de otorgamiento y renovación de registros. Esas oficinas permanecen cerradas desde el 1° de este mes y recién reabrirán el lunes 3 de abril. Los únicos servicios que se siguen prestando son la pista de aprendizaje, los cursos en la Escuela de Educación Vial, y los exámenes teóricos o prácticos y los psicodiagnósticos o neuropsicológicos para los que ya tenían turno.