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Una familia tipo porteña gasta $ 146 por día en comida para no caer en la indigencia

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Una familia porteña debió gastar $ 146,7 diarios en diciembre último sólo para poder comer y mantenerse fuera de la línea de indigencia. De acuerdo con datos oficiales, la Canasta Alimentaria se incrementó un 31,2% con relación al mismo mes de 2013.

Los números pertenecen a la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, que a su vez estimó que el valor diario de la Canasta Total -que incluye bienes y servicios- para un matrimonio activo, de 35 años, con dos hijos varones de entre 6 y 9 años e inquilinos de una vivienda tuvo un alza interanual en diciembre de un 35,2% y llegó a los $ 409,4 diarios. Esta cifra marca la línea de pobreza.

El departamento estadístico porteño sólo ofrece datos de precios pero no de ingresos. No obstante, los aumentos salariales pactados en paritarias el año pasado estuvieron en el orden de 29%, cuando la inflación medida por diferentes consultoras privadas y organismos independientes se estimó entre 35 y 38,5%. Para el Indec, fue de 23,9% en 2014. A esto se suma la devaluación del peso frente al dólar, que superó el 30% el año pasado.

A fines de diciembre pasado, la canasta alimentaria mensual para esa familia tipo fue de 4406 pesos. Un año atrás sumaba 3350 pesos (+31, 2%). En tanto, la canasta total en diciembre era de $ 12.282, cuando en el mismo mes de 2013 había sido de $ 9087. Esto significó una suba anual de 35,1%.

Pese a que los alimentos tuvieron alzas importantes, las mayores subas de 2014 se dieron en algunos servicios regulados por el Gobierno (gas, agua y transporte) o con fuerte componente impositivo (combustibles y tabaco, por ejemplo). Aumentaron además con fuerza los precios de las comunicaciones, los servicios de esparcimiento y de otros productos vinculados al precio del dólar, como el de los electrodomésticos.

«Los precios de los alimentos fueron los que más sufrieron el salto devaluatorio de enero. Aumentaron 3,9% promedio mensual entre febrero y abril, contra un promedio de 2,9% del resto de los precios», explicó Agustín Rossi, economista jefe de LCG. «Así, de la mano de la cuasi fijación del tipo de cambio nominal aplicada por el Banco Central en los últimos meses de 2014 y de la baja en los precios internacionales de las commodities, era lógico que se produjera una desaceleración en los precios de los alimentos», agregó.