La entrada a la estación Lynch fue durante muchos años una zona tristemente célebres para los vecinos de Sáenz Peña que pasaban por allí para tomar el tren, subir a la General Paz con sus autos o cruzar el puente de la autopista hacia Devoto. La avenida General Mosconi y sus veredas eran escenario conocido por su estado de abandono, su oscuridad y el miedo constante a los asaltos ante la “sensación de soledad”, cuentan vecinos y pasajeros del Urquiza. Junto al Gobierno de la Ciudad, el Municipio renovó el acceso principal a la estación (del lado sur de las vías): un camino de más de una cuadra sobre Mosconi, contra un alambrado y paredones que estaban muy deteriorados. Ahora hay rejas, postes con luces led, nuevas veredas, áreas de descanso y reductores de velocidad en la calle. Y los enormes paredones junto a los talleres ferroviarios fueron pintados por artistas locales.
La suciedad y el deterioro era otra de las quejas frecuentes de vecinos y pasajeros del Urquiza. Por eso cambiaron el viejo alambrado y los postes rotos que dividían las vías, los talleres ferroviarios y los galpones del Ferroclub Lynch de las veredas.Allí la gente tiraba bolsas con basura y se acumulaban desechos que arrastraban los autos. Además, con la coordinación del artista de Caseros Martín Ron y su grupo TRAMA, el paredón gris de cemento que bordea los terrenos del tren ahora exhibe coloridos crisantemos e imágenes de otras flores. También pusieron sillas y mesas de cemento con el fin de crear un área de descanso para los vecinos que van a tomar el tren, pasean con chicos o sacan a pasear a sus mascotas.
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