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Ya hay polémica en Nuñez por la vuelta de los recitales a River

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El regreso de los recitales al estadio Monumental, después de poco más de un año de suspensión por venta de alcohol, ya genera controversias entre los vecinos de Belgrano y Núñez. Ocurre que el 28 de febrero y el 1° de marzo, a estadio lleno, se presentará el cantante Romeo Santos, conocido como «el rey de la bachata». Y varios habitantes linderos al Monumental rechazan estos espectáculos por las vibraciones que generan en los edificios, los problemas con el consumo de alcohol en la vía pública, el estacionamiento prohibido y la presencia de organizaciones de «trapitos».

El gobierno porteño clausuró el Monumental para la realización de shows tras comprobarse la venta de alcohol dentro del campo de juego durante un recital de Iron Maiden, en noviembre de 2013.

Sin embargo, no es esto, precisamente, lo que más inquieta a algunos habitantes de ambos barrios: quienes viven sobre Libertador hacia Cabildo sufren los trastornos por estacionamiento sobre las veredas, por la basura que se genera, por las intensas vibraciones en los edificios más altos, por la rotura de vehículos y por la presencia del público cerca de las viviendas, a veces desde la noche anterior a un show.

«Estamos bien sin los recitales. Tiembla todo: las paredes, los vidrios, los muebles. Me da miedo. El resto es el mismo lío o peor que en los partidos de fútbol. Se supone que la gente es más civilizada, pero los problemas son similares: alcoholizados, disturbios y basura», aseguró Miguel, que habita en un noveno piso sobre la avenida Congreso, a metros de Libertador.

María vive en un PH en Montañeses, entre Quesada y Congreso. «El tráfico y la dificultad para estacionar es lo que más diferencia a los recitales de los partidos; porque siempre son durante la semana y, además, hay más autos. Y, por ende, más «trapitos»… La basura es el gran problema. Libertador queda hecha un asco. Puedo tolerar dos partidos al mes, pero no tienen por qué agregar un recital», cuestionó.

Según los vecinos, los disturbios del público dependen del perfil de la banda musical de turno. «Cuando vienen artistas para un público mayor, todo es más tranquilo. Pero cuando vino Justin Bieber, por ejemplo, la noche antes ya había adolescentes acampando en las calles», comentó Silvina Grancelli. Después de Romeo Santos se presentarán Kiss, el 16 de abril, y Eminem, el 10 de junio.

A muchos otros vecinos no les molesta el regreso de los eventos musicales; incluso lo ven con buenos ojos. Sobre todo los que viven en el «barrio River», una zona residencial de casas bajas que los días de partidos se cierra para el paso de los peatonal. Buena parte de los residentes sostienen que el público de los recitales es más tranquilo que el del fútbol; que las vibraciones no se sienten y que, a pesar de las «lógicas» incomodidades que generan los shows, no hay demasiados problemas en el barrio.