
La polémica lleva años y recrudece una vez más, porque la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) está en pie de guerra. El planteo de la asociación, que agrupa a cuatro cámaras del sector, es que son obligados a hacer una doble contribución, porque los canales de aire y de cable ya pagan los derechos de propiedad intelectual. «Es como que un escultor quiera cobrar cada vez que alguien va a ver su obra«, compara Pablo Montes, secretario de la Cámara de Bares y Cafés.
Amparadas por la ley 11.723 de Propiedad Intelectual, de 1933, y sus sucesivas reglamentaciones hay cinco entidades que recaudan cada vez que se registra la comunicación pública de una obra protegida por derechos de autor. Son la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC); la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores); la Asociación Argentina de Intérpretes con la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas (AADI-CAPIF); la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI), y Directores Argentinos Cinematográficos (DAC).
«En un cuarto de hotel es incomprobable si el huésped mira o no televisión«,explica Leonardo Baguette, vicepresidente 1° de la AHRCC-. «El hotelero está obligado a poner ese electrodoméstico, como pone una plancha, para la categorización del establecimiento. Y a los bares se va a conversar. La tele se enciende sin sonido por los videograph con los títulos de las noticias. Es un servicio más, como ofrecer los diarios del día, que empezó por los mundiales de fútbol. La gente sólo le presta atención al televisor si ocurre un atentado».
Desde SADAIC, Guillermo Ocampo, defiende: «La polémica ya ha sido resuelta por la Corte Suprema, que dictaminó que en los cuartos de hotel sí se está haciendo comunicación al público y, por lo tanto, deben pagar los derechos que corresponden a las entidades que los gestionan. Lo mismo resolvió la Corte europea, porque esta discusión se dio en el mundo. El cuarto de hotel ofrece la posibilidad de comunicar música a una cantidad indeterminada de personas. Si aprueban una ley para considerarlo ámbito privado, van a favorece a un sector de la actividad económica avanzando sobre los derechos de propiedad de los autores«.
«Reclamamos modificar una ley de 1933, para lograr un sistema que garantice a los artistas una retribución equitativa y única. No pueden cobrar en cascada a todos y cada uno. Al que lo emite, al que lo retransmite y al que tiene el reproductor encendido al público», pide Luis María Peña, vicepresidente 2° de la AHRCC.
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