Fundado en 1922, Montecarlo era uno de los más emblemáticos del barrio de Palermo, ubicado en Paraguay 5491.
El bar que pertenecía a la familia de José Lorenzo, propietaria desde 1960, resistió todo lo que pudo a la pandemia, pero tenía deudas altas con la AFIP, entre otras.
En la puerta del Montecarlo hay una especie de santuario con cartas y carteles de clientes que lo despiden. Muchos mensajes son de agradecimiento para Gerardo, su hijo, quien trabajaba ahí desde chico.
El mismo Gerardo expresó “emocionalmente me pegó muy fuerte. No pude anunciar el cierre porque no podía hablar sin quebrarme y ponerme a llorar. Soy el típico hijo del dueño gallego, empecé a trabajar a los 13 años, fue mi único laburo. No era solo un bar, toda mi vida la pase ahí. Nadie sabe todo lo que hice para sostener el bar. Estaba por mandarle una carta al Gobierno de la Ciudad, más de la mitad de los Bares Notables no cobramos nunca el subsidio que anunciaron en abril. El dolor que tienen los clientes por el cierre, yo lo tengo multiplicado por diez”.
Y agregó “tenía que frenar la deuda enorme con la AFIP, con el sindicato, sobre todo la parte impositiva. No podía poner más plata de mi bolsillo, se me fueron casi todos los ahorros más de USD 10.000. En abril pagué los sueldos de mi bolsillo, tenía cuatro empleados y no podía abrir, nunca hicimos delivery, además, tenía empleados con diabetes y viviendo en la Provincia. Me sentí muy desamparado. Discutí con el banco que no me contestaba. Sentí una gran impotencia, nadie me ayudaba y no sentía sensibilidad del otro lado. La decisión la tomé en agosto, cuando sin motivo me sacaron los ATP».
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