
Que el Paseo del Bajo sea una realidad requiere, al menos, de trámites ineludibles: el cambio de uso de suelo, que debe ser evaluado en la Legislatura, y la venta de terrenos para afrontar la contraparte del crédito internacional que financiará los trabajos.
El plan de trabajo será coordinado por el Ministerio de Desarrollo Urbano, a través de la empresa estatal AUSA, junto a la Corporación Puerto Madero. Tendrá un costo aproximado de 650 millones de dólares, de los cuales U$S 400 millones serán financiados por un préstamo internacional del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Los US$ 250 millones restantes serán aportados por la corporación y por fondos propios de la Ciudad, que podrían provenir de la comercialización de terrenos ferroviarios que están detrás de las torres Catalinas Norte.
En el Sur, el diseño incluye una obra para mejorar el nodo de conexión entre las autopistas Buenos Aires-La Plata y 25 de Mayo. Desde allí, se construirá un viaducto que irá descendiendo hasta que, a la altura de la calle Carlos Calvo, comenzará a quedar bajo la superficie. A la altura de la calle Estados Unidos, se transformará en una trinchera, que será en gran parte a cielo abierto, con una profundidad de 5,10 metros. Se tratará de una vía rápida de cuatro carriles, dos en cada sentido, para uso exclusivo de camiones y ómnibus de larga distancia. Tendrá cuatro pasos peatonales que cruzarán sobre la trinchera para facilitar el acceso a Puerto Madero
Detrás de la Casa Rosada, la trinchera se transformará en túnel, ya que los carriles quedarán cubiertos en su totalidad y el trazado se desviará unos metros hacia Moreau de Justo. Pasará por debajo de la terminal de combis. El proyecto vial continuará su recorrido por Retiro. La idea es que un brazo de la traza se desvíe hacia la estación de ómnibus y otro, al puerto, mientras la vía principal ascenderá como viaducto hasta conectar con la autopista Illia.
Todos están de acuerdo en que el norte y el sur del conurbano bonaerense deben tener una conexión que no implique cruzar la ciudad de Buenos Aires. La autopista ribereña es una deuda de más de 40 años que la actual administración prometió hacer realidad con un proyecto mixto, de vías rápidas para autos particulares, y un túnel y una trinchera para camiones y ómnibus de 6,7 kilómetros. Se trata de la obra de infraestructura más importante del área metropolitana.
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