La sorpresa se la llevan la mayoría de los que compran un auto 0 km en la ciudad cuando el vendedor les cuenta que entre los gastos de patentamiento y flete también hay que contar con el pago del «impuesto de Macri»
La alicuota del impuesto a los sellos fue subida allá por el año 2012 del 1 al 3 %. En aquel momento tributaban los autos cuyo precio de venta fuera superior a los 170 mil pesos. La inflación sumada a la no actualización del mínimo no imponible de ese impuesto hace que hoy lo pague la mayoría de los 0 km.
Así las cosas, para los modelos cuyo valor de venta permanezca por debajo de los 170.000 pesos, el aumento en la inscripción inicial fue del 60%, aunque no haya variado su precio respecto de 2013.
Para los 0 km del segmento medio alto, cuyo precio sube 30% y pasarán a costar entre 250.000 a 325.000 pesos, el incremento en el patentamiento llega a casi 113%; mientras que realizar la inscripción inicial en la
Pero esto no es todo. De acuerdo con un trabajo realizado por AtlasGroup, una firma especializada en la gestión y administración de activos de grandes compañías, las cuentas siguen. La patente, que resulta de calcular un porcentaje del precio de la unidad, también sufrirá un fuerte incremento. Y lo mismo ocurre con el seguro de terceros completo, que también es una cuenta que tiene como principal componente el valor de reposición de la unidad.
Así por ejemplo quien recorre una concesionaria en busca de un auto de gama media, un Renault Sandero Dynamique que tiene un precio de lista de 178 mil pesos tendrá en el momento de sacar el auto pagar 5340 para pagar el 3 % del valor del cero. Con el valor que tienen los 0km que aumentan en promedio un 1 o un 2 % mensual el tributo se desvirtuó y ya lo pagan casi todos los modelos.
La consolidación de impuestos no sólo afecta a los compradores de autos cero kilómetro. El aumento del precio de estos rodados recién fabricados o importados, determinante para establecer el rango de precios de los modelos usados, implicará la suba inmediata de toda la gama de los modelos que hayan estado alcanzados por el nuevo gravamen.
El panorama no sólo afecta a gran parte de los dueños de autos, sino que también cambia la ecuación que las empresas hacen a la hora de comprar y destinar movilidad para sus ejecutivos. «Las diversas cargas impositivas generan un fuerte impacto en el mantenimiento del parque automotor para los primeros cinco años de uso, el período que las empresas suelen considerar como vida útil de un automóvil -dice Sporleder, responsable de automotores de AtlasGroup-. Para los vehículos que están en el rango de $ 170.000, el incremento en la amortización en los primeros cinco años va a llegar a 8,27%; para utilitarios semipesados, como son los camiones de cabina simple y doble, en sus versiones 4×4 y 4×2, alcanzará durante la vida útil para las empresas un aumento de 50%, mientras que llega a números exorbitantes para los rodados de alta gama destinados a los directores y funcionarios de alta gerencia, cuyo costo de mantenimiento va a tener un incremento de más de 70 por ciento.»
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